Durante los años de juventud y adultez, las personas prefieren ignorar la vejez. Las personas que se jubilan normalmente no están preparadas para los cambios tan importantes que pasarán en sus vidas. El impacto que puede conllevar la transición de una etapa activa a otra menos activa puede desencadenar problemas de salud física y emocional. Os presentaremos algunas recomendaciones para llevar una jubilación activa.
Paso 1: ¿Cómo organizar el día a día?
La jubilación es una etapa que implica tener más tiempo libre, pero normalmente no se tiene pensado el para qué. Los primeros días puede estar relativamente claro, voy a hacer todo lo que mi trabajo no me ha permitido a lo largo de mi vida. No obstante, en muchos casos este tipo de cosas de acaban pronto y la vida queda bastante vacía de contenido.
El problema y la desventaja principal es que nos han preparado y educado para la etapa laboral. Nos han formado para trabajar, rendir y competir. Nadie nos ha enseñado cómo debemos vivir en la jubilación, donde tenemos 24 horas libres por delante. El trabajo, aparte de ser un medio de subsistencia, ofrece una serie de elementos como la organización del tiempo, contactos sociales, actividad e identidad laboral. Cuando nos jubilamos todo esto desaparece y la vida no se puede seguir organizándola de la misma manera.
Como en cualquier etapa más de la vida, la jubilación tiene que estar bajo control y es importante diseñar un plan que albergue: ocio, relaciones sociales, hábitos positivos de salud y actividades cognitivas.
Paso 2: Ocio
Cuando hablamos de disfrutar de la vejez nos referimos a actividades que nos gusta hacer. Debemos fijar objetivos para conseguir estar activos y escapar del aburrimiento y de la decadencia.
Podemos continuar con las actividades que siempre hemos hecho y sabemos hacer, siempre que nos proporcionen gratificación. Si una actividad no la podemos seguir haciendo (quizá porque estaba asociada al trabajo o porque a nivel físico no podemos), deberemos buscar nuevas actividades. Otro tipo de actividad que podríamos plantearnos son tareas de voluntariado para conseguir mejoras a nivel comunitario.
¿Por qué es importante hacer actividades agradables? Cuando la persona se abstrae en la actividad que realiza, pierde la consciencia de sí mismo, el tiempo pasa sin sentirlo y experimenta una satisfacción. En este estado la persona no se acuerda de las posibles preocupaciones que pueda tener.
Si durante la jubilación renunciamos a pisar nuevos caminos y nos volcamos únicamente al pasado y solamente apreciamos los recuerdos lejanos de nuestra juventud, dejaremos de crear nuevos recuerdos y nuestra vida habrá perdido sentido.
Paso 3: Relaciones sociales
Hay muchos estudios que demuestran que las personas que tienen interacciones sociales pobres o limitadas aumenten un 60% el riesgo de desarrollar síntomas de demencia. El aislamiento hace que las personas sean más vulnerables al deterioro de sus capacidades.
Cuando tenemos contacto con otras personas, tenemos la oportunidad de compartir pensamientos, emociones y preocupaciones. Es una válvula de escape para cualquier problemática que tengamos. También hay más posibilidades de poder hacer actividades nuevas, romper la rutina y hacer que el tiempo pase volando.
Paso 4: Hábitos positivos saludables
Determinados estilos de vida pueden prevenir o posponer de forma significativa los problemas relacionados con la edad. No estamos hablando sólo de vivir más años, sino de vivirlos con calidad de vida y retrasar la aparición de la incapacidad.
Todos sabemos las consecuencias negativas de fumar y, durante la jubilación, es un buen momento para plantearse dejar la adicción.
Por otro lado, el proceso de envejecimiento también tiene consecuencias en la capacidad de alimentarse y obtener los nutrientes necesarios. Afecta al aparato digestivo, la dentadura, la producción de saliva… Las secreciones del estómago disminuyen, se retrasa la digestión y se reduce la absorción de vitaminas. Todo esto implica una serie de pequeñas adaptaciones a la dieta. Es recomendable que se consulte con el médico de cabecera.
También es importante adaptarse a los cambios en el patrón de sueño. Es habitual que aparezcan problemas para conciliar el sueño o que a lo largo de la noche sean frecuentes los despertares. Se pueden tomar distintas medidas para estimular el sueño:
- Evitar estimulantes como la cafeína.
- No hacer siestas.
- Evitar la estimulación excesiva antes de ir a dormir.
- Intentar acostarse y levantarse a la misma hora.
- Utilizar la cama solamente para dormir o para la actividad sexual.
Por último, es importante realizar actividad física de intensidad moderada de forma habitual. Se puede disminuir el riesgo de enfermedades crónicas y los efectos físicos del envejecimiento. Actividades como ir a caminar o hacer yoga serían muy adecuadas.
Paso 5: Actividades cognitivas
La plasticidad neuronal es la capacidad que tiene nuestro sistema nervioso de adaptarse en cualquier momento de la vida. Aunque mueran neuronas, las restantes se organizan para mantener las mismas funciones. Pero para conseguirlo, debemos estimularlas.
De la misma forma que para compensar las pérdidas visuales, auditivas o físicas utilizamos gafas, audífonos o bastones, es preciso crear fuentes de estimulación como pueden ser la lectura, las actividades memorísticas o los sudokus.
Cuando utilizamos las capacidades mentales se producen cambios en nuestras neuronas, se incrementa una reserva de las capacidades de las neuronas y se produce una demora en la aparición de los síntomas de ciertas enfermedades como las demencias.
¿Tienes alguna duda sobre cómo llevar una jubilación activa? ¡Contacta con nosotras, somos tu gabinete de psicología en Hospitalet de Llobregat!