En muchas ocasiones nos cuesta validar nuestras emociones y necesidades por miedo a ser egoístas. Nos han educado, a las mujeres especialmente, en la idea de que el amor todo lo puede y todo lo aguanta. En este sentido, entendemos que a los seres que amamos debemos perdonarles absolutamente todo. Por tanto que, ser un buen hijx, amigx, esposx, etc. implica callar y tolerar funcionamientos que nos hieren. Resulta imprescindible dejar claras por fin las diferencias entre egoísmo y autocuidado. Una persona egoísta… Antepone sus deseos de forma reiterada y poco reflexiva a las necesidades de los demás. Se muestra habitualmente exigente con su círculo de confianza. Siente que es merecedora de más atención, cuidado, oportunidades, compasión. No suele preocuparse por las necesidades de los demás. No pregunta y cuando lo hace no parece interesada en la respuesta. No agradece los cuidados, atenciones, cariño de las personas que se lo ofrecen. No sabe llegar a acuerdos. En cambio, la persona que ha aprendido a poner límites necesarios y ejerce un autocuidado saludable… Antepone sus necesidades a las opiniones o deseos de los demás. No obstante, tiene en cuenta las necesidades reales de las personas que quiere. Busca ser feliz y […]
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