“Detrás de cada elección, detrás de cada gesto, el ser humano busca su plenitud, o satisfacción. Una satisfacción que busca en cosas muy distintas según su grado de consciencia. Cuando se vive en el ego, esa búsqueda mantiene al ser humano en un estado casi constante de tensión y de insatisfacción.
Supongamos que un momento dado las circunstancias de la vida no nos son favorables. No tenemos lo que deseamos. Nos parece que, si las cosas o las personas fueran de otra manera, seríamos más felices. Entonces actuamos para cambiar lo que no va bien a nuestro alrededor. Buscamos en el exterior las condiciones o las personas que nos harán felices. A fuerza de trabajo y de búsqueda, propiciamos unas circunstancias, o encontramos a unas personas que parecen satisfacernos.
Sin embargo, el éxito así obtenido, es decir, la satisfacción construida en ese estado de consciencia, o más bien de inconsciencia, no dura mucho. Al cabo de cierto tiempo estamos otra vez insatisfechos, y nos encontramos otra vez al principio. Y volvemos a empezar”.
Fragmento del libro “La libertad del ser” de Annie Marquier.
Tal y como hemos visto en el fragmento anterior, las personas tendemos a buscar fuera, es decir, en factores externos nuestra satisfacción/felicidad. Sin darnos cuenta entramos en un círculo de la insatisfacción cerrado dentro del cual al final estamos igual que al principio, insatisfechos. Los factores externos, ya sean situaciones o personas, no son estables, son cambiantes y no los podemos controlar. Creemos que teniendo tales bienes materiales o estando con determinadas personas vamos a estar mejor y nos vamos a sentir plenos. Pero, ¿por qué hay tanta gente insatisfecha aun teniendo esos bienes materiales o estando con esas personas?
La razón es que la fuente de la satisfacción está dentro de nosotros mismos. Por más que busquemos fuera, no vamos a conseguir sentir la satisfacción plena. Las situaciones cambiarán, las personas dejarán de estar en nuestras vidas y entonces, volvemos a la insatisfacción. Cuando he conseguido algo que anhelaba mucho la sensación de satisfacción dura poco y rápidamente nos fijamos otro objetivo. Así vamos repitiendo el ciclo y aumentando nuestro vacío interno.
Para sentirnos bien, para sentirnos satisfechos, debemos focalizarnos en nuestro interior y romper así el ciclo de la insatisfacción. Si yo estoy bien, lo de fuera también lo estará, pero no a la inversa. El camino para llegar a esa satisfacción empieza por mirar dentro de ti mismo, empieza por el desarrollo personal. Contacta con nuestro gabinete psicológico para empezar el cambio.