La infertilidad se da cuando una pareja consigue la gestación sin completar el embarazo después de un año de relaciones sexuales sin utilizar métodos anticonceptivos. Existen determinadas enfermedades de los órganos genitales femeninos (como la endometriosis o el síndrome de
ovarios poliquísticos) que se relacionan con la infertilidad. Actualmente, existe mucha información sobre la sexualidad, la anticoncepción y la planificación sexual, pero no se habla habitualmente sobre la posibilidad que las personas no sean fértiles. Conseguir un embarazo no es sencillo. En las personas fértiles sólo unos pocos días al mes es posible la fecundación y cuándo ésta se consigue, no siempre anidan los óvulos fecundados ni se produce la gestación.
Aunque la salud, calidad de vida y longevidad han ido aumentando, los procesos vitales siguen el mismo ritmo que antaño. Aunque la pubertad se presenta a una edad cada vez más temprana y la menopausia cada vez más tarde, las mujeres siguen siendo más fértiles a los veinte que a los treinta o que a los cuarenta años.
Consecuencias psicológicas de la infertilidad
El dolor que sufren las personas que tienen infertilidad es más emocional que físico. Las parejas infértiles han estado largo tiempo manteniendo relaciones sexuales con la intención de tener un hijo. En el transcurso de los meses, no ha aparecido su presencia, pero sí su ausencia. Incluso puede haberse convertido en una obsesión, con sentimientos de vacío, de culpabilidad y en determinados casos, con una sensación de impotencia que puede llegar a provocar problemas en la pareja.
Los aspectos sociales pueden haber ayudado o empeorado la situación dependiendo de si la familia y los amigos les han preguntado frecuentemente sobre el tema o si otras parejas se han quedado embarazadas, sintiendo ellos la alegría ajena sobre su propia tristeza. A veces, las emociones les impiden de visitar al recién nacido de unos amigos o les emociona ver a niños jugando en el parque. Es el deseo no cumplido, es la espera que desespera que muchas veces se convierten en el único motivo de su vida, por lo que de no conseguirlo, las parejas pueden llegar a sentirse infelices y frustradas.
Como ocurre en otras enfermedades crónicas, la mayor parte de las personas suelen hacer frente a la situación por sus propios medios y fortalezas, intentando aprovechar las dificultades para un crecimiento personal. Sin embargo, pueden aparecer desajustes emocionales de origen ansioso y/o depresivo.
Conocer el origen del problema de infertilidad también puede provocar distintas emociones: shock debido a que resulta, a veces, difícil su aceptación; negación aunque se lleve mucho tiempo sin conseguir el embarazo; enfado o impotencia por no poder controlar la situación o aceptación al conocer la causa. Como siempre, todo va a depender de los diversos estilos de personalidad y de las estrategias de afrontamiento de cada persona.
Intervención psicológica
Primeramente, se enseñan técnicas de respiración y relajación a los pacientes. Estas técnicas son primordiales en el tratamiento de la infertilidad ya que es muy importante conseguir una adecuada desactivación fisiológica de cara a las fases del tratamiento médico. Además, normalmente es necesario reducir la activación ante situaciones ansiógenas y dotar de una herramienta con la que se pueda controlar esa activación.
También se trabaja con la reestructuración cognitiva para poder identificar la relación pensamiento-emoción-acción. Las emociones y las conductas dependen del pensamiento que se haya tenido en ese momento. Se utiliza el diálogo socrático para el cuestionamiento de ideas irracionales a través de preguntas centradas en la falta de lógica e inconsistencia empírica.
Y, por último, también es recomendable un entrenamiento en habilidades de comunicación de pareja con el objetivo de conseguir un estilo asertivo de comunicación: cómo hacer sugerencias de mejora; expresión de afecto, agrado y sentimientos positivos al igual que expresión de desagrado y sentimientos negativos, expresión de opiniones personales sin ofender al otro y cómo hacer y recibir una crítica.
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Texto extraído de Intervención psicológica en infertilidad: protocolos para las unidades de reproducción y en la consulta clínica de CARMEN MORENO-ROSSET, ROSARIO ANTEQUERA JURADO, ALEJANDRO ÁVILA ESPADA, CRISTINA JENARO RÍO, FRANCISCO JAVIER DE CASTRO PITA e YOLANDA GÓMEZ SÁNCHEZ.