retirada deportiva

El deporte de élite trasciende lo puramente deportivo, con un impacto significativo en lo económico, social y cultural. Aunque muchos jóvenes sueñan con alcanzar este nivel, implica años de sacrificios y dedicación intensa. Una vez que los deportistas se retiran, suelen enfrentar una crisis de transición, para la cual no siempre están preparados, especialmente en deportes menos lucrativos. Por ello, se subraya la importancia de una preparación previa para la retirada deportiva, facilitando la adaptación a una nueva vida.

¿Cómo explicar la retirada deportiva?

Los modelos explicativos sobre la retirada deportiva han evolucionado con el tiempo. Los primeros enfoques, como el Modelo Tanalógico y el Modelo Social-Gerontológico, veían la retirada como un evento negativo, similar a una muerte social.

Posteriormente, el Modelo de Retirada de la Carrera Deportiva de Taylor y Ogilvie (1994, 2001) abordó la retirada como un proceso complejo con factores como la edad, las lesiones y la decisión personal, subrayando la importancia de la identidad social y el control percibido para una adaptación exitosa.

El Modelo de Transición en la Carrera Deportiva de Stambulova (2003) identifica varias transiciones a lo largo de la carrera deportiva, con la retirada como una de ellas, y destaca la necesidad de estrategias de afrontamiento.

El Modelo de Desarrollo de la Carrera Deportiva de Wylleman y Lavallee (2004) presenta una visión holística que considera aspectos deportivos, psicológicos, psicosociales, académicos y financieros, mostrando la interacción entre diferentes niveles de la vida del deportista.

Causas de la retirada deportiva

La retirada deportiva es un proceso inevitable en la carrera de un deportista, que suele ocurrir entre los 20 y 35 años. Las principales causas de retirada, según el Modelo Conceptual de Taylor y Ogilvie, incluyen lesiones, edad, deselección o decisión personal, y se pueden añadir factores financieros, psicológicos y burnout. A veces, las causas pueden ser múltiples o poco claras. Por ejemplo, David Cal mencionó la falta de motivación y desgaste, Fermín Cacho priorizó su familia sobre la competición tras una lesión, e Iker Casillas se retiró después de un ataque al corazón.

Puede ser voluntaria o involuntaria. La retirada voluntaria, planificada o no, suele estar asociada a emociones positivas como alivio, mientras que la involuntaria puede provocar tristeza y decepción. Además, puede clasificarse en retiradas deportivas y no deportivas. En general, la sensación de control y la planificación juegan un papel crucial en la adaptación al proceso de retirada.

Consecuencias de la retirada deportiva

La retirada deportiva conlleva efectos significativos tanto físicos como psicológicos. Físicamente, los deportistas suelen enfrentar sobrepeso debido a la reducción en el volumen e intensidad de los entrenamientos y cambios en la dieta. Además, muchos experimentan dolores óseos y musculares intensos debido al uso excesivo durante su carrera. Problemas como hipertensión, enfermedades cardíacas y diabetes pueden surgir tras el abandono del deporte.

Psicológicamente, la retirada puede ser especialmente dura. Los deportistas a menudo enfrentan sentimientos de olvido y depresión al pasar de ser figuras prominentes a caer en el anonimato. La sensación de pérdida de identidad y relevancia es común, como reflejan testimonios de deportistas que han tenido dificultades para adaptarse a la vida después de la competición. La planificación y preparación para la retirada son cruciales para una transición exitosa. Los deportistas profesionales suelen enfrentar mayores desafíos en comparación con los amateurs, especialmente en términos económicos y en la adaptación social y familiar.

Enfrentarse a la retirada deportiva

Para enfrentar la retirada deportiva, las estrategias más efectivas incluyen encontrar nuevas actividades de interés, mantenerse ocupado, hacer ejercicio, hablar con alguien de confianza y mantener el contacto con el deporte y sus amigos. Sin embargo, la planificación anticipada es crucial para una transición exitosa. A pesar de la inevitabilidad de la retirada, muchos deportistas no la planifican con antelación; por ejemplo, el 66.7% de los futbolistas profesionales no lo hicieron, y el 71.4% de otros deportistas profesionales tampoco lo prepararon.

La planificación puede estar relacionada con el nivel educativo, ya que una buena formación académica puede mejorar las oportunidades laborales tras el retiro. Las habilidades adquiridas en el deporte, como trabajo en equipo y disciplina, también son valiosas en el ámbito laboral. Sin embargo, a menudo no se aprovechan adecuadamente, y algunos deportistas pueden dudar de sus habilidades en la vida post-deportiva. El apoyo social es fundamental durante la transición, pero también puede verse afectado, ya que la familia debe adaptarse a los cambios que experimenta el deportista.

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