 
  Se entiende como conductas autolesivas o autolíticas no suicidas todo tipo de acciones a través de las cuales la persona ejerce de forma intencionada daño físico sobre sí misma. Son la manifestación de un profundo malestar interno. El daño físico autoprovocado pretende ser una vía para regular las propias emociones, calmar la ansiedad y aliviar el dolor emocional; aunque realmente acaban aumentando progresivamente las cuotas de ansiedad y malestar emocional.
Suelen presentarse en la primera adolescencia (12-14 años), con prevalencias entre el 18 y el 45 % según estudios recientes. Las personas que se autolesionan acostumbran a experimentar un mayor emocional, dificultades en la interacción social y afectación en el rendimiento académico. 

Algunas formas de conductas autolesivas
-Estirarse fuertemente del pelo.
-Realizarse pequeños cortes en la piel.
-Darse golpes.
-Provocarse quemaduras.
-Rascarse compulsivamente hasta sangrar.
-Impedir que las heridas cicatricen.
El tratamiento de las conductas autolesivas requiere un enfoque integral y personalizado. Suele estar asociadas a trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, el trastorno límite de la personalidad (TLP), el trastorno de estrés postraumático (TEPT), entre otros.
Criterios diagnósticos descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5)
-Al menos cinco días del último año la persona se ha provocado lesiones con el objetivo de causarse un daño, pero no con intención de suicidarse.
-La persona se autolesiona por una o más de las siguientes razones:
- Aliviar un sentimiento o un pensamiento negativo.
- Resolver una dificultad interpersonal.
- Provocarse sentimientos positivos.
– Antes de autolesionarse, la persona experimenta:
- Dificultades interpersonales o sentimientos o pensamientos negativos, incluyendo depresión o ansiedad.
- Pensamientos frecuentes sobre autolesionarse.
- Necesidad frecuente de autolesionarse.
-Se trata de un comportamiento no aceptado socialmente.
– Provoca malestar o interfiere con las áreas importantes del funcionamiento como la vida social o académica.
-No es consecuencia de un trastorno del neurodesarrollo u otro problema médico.
Tratamientos recomendados
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
Ayuda a la persona a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al sufrimiento emocional.
Terapia de aceptación y compromiso (TAC)
Ayuda a las personas a aceptar las emociones desagradables y las orienta a vivir una vida que esté en línea con sus valores.
Tratamiento farmacológico
En algunos casos los medicamentos pueden ser necesarios para tratar trastornos subyacentes como la depresión o la ansiedad.
Sea cual sea la orientación psicológica elegida se deberá potenciar la identificación de las señales de alerta, la adquisición de habilidades saludables de afrontamiento como la práctica de técnicas de respiración y relajación, el uso de estrategias conductuales para canalizar la ansiedad y la rabia fuera de la propia persona, el fomento de los hábitos saludables y el autocuidado, la importancia de las rutinas y contar con una red de apoyo y el fortalecimiento de la autoestima y la seguridad personal. Todo ello mientras se va desgranando e integrando el origen del malestar emocional que dio lugar a las conductas autolesivas.
Por todo ello es importante que la persona profundice en su autoconocimiento y se implique en potenciar la activación de recursos personales que la ayuden a gestionar sus emociones y a tomar decisiones en pro de su bienestar emocional. Puede tratarse de un proceso a largo plazo donde el seguimiento terapéutico será crucial para prevenir recaídas y consolidar la recuperación.
Si estás experimentando un malestar emocional que no sabes como gestionar no dudes en consultarnos.
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