¿Cuáles son los trastornos del sueño en la infancia?

Hasta hace poco se consideraba que los trastornos del sueño eran un problema que sólo afectaba a la población adulta. Sin embargo, se ha comprobado que la mayoría de las veces éstos tienen su origen en la infancia. Por lo tanto, hoy en día se reconoce la importancia de la intervención temprana en estos trastornos con el objetivo de prevenir que se produzcan alteraciones crónicas del sueño y para reducir las posibles alteraciones a nivel social y académico que suelen generar.

Ahora bien, ¿qué son los trastornos del sueño?

Llamamos trastornos del sueño a todo tipo de alteraciones de tipo cualitativo (en la calidad del descanso) y cuantitativo (en la cantidad de horas de descanso) del sueño. En este sentido encontraremos alteraciones en la conciliación y duración del sueño, así como ciertos comportamientos anormales durante el mismo.

Antes de profundizar en los trastornos del sueño es necesario conocer algunas características del sueño tales como que:

  • El patrón del sueño no es uniforme.
  • El sueño tiene varias fases diferenciadas que van desde el adormecimiento(Fase 1) al sueño profundo(Fase 4).
  • Una de las fases es la llamada Fase REM (Movimientos Oculares Rápidos) en la que se produce una alta actividad eléctrica del cerebro y tiene una importante función madurativa en los infantes.
  • Los sueños suelen presentarse durante la Fase 3 y la Fase REM.
  • Los terrores nocturnos, somnambulismo, somniloquias y otras parasomnias suelen darse durante las fases de mayor profundidad del sueño (Fases 3 y 4).
Adultos: presentan ciclos de sueño de 90 a 100 minutos.
Infantes: presentan ciclos de sueño de 50 minutos entre los 3 y 8 meses.
Hay pequeños despertares al acabar cada ciclo, de los cuales los adultos no son plenamente conscientes. Los niños en cambio, especialmente en los primeros años, suelen despertar llorando y necesitan del adulto para volver a dormir.

Es importante saber que el sueño se da a través de ciclos que empiezan, acaban y vuelven a empezar para poder comprender el comportamiento de nuestros hijos relacionados con el hábito de dormir.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV) establece la siguiente clasificación para los Trastornos del Sueño:

A-Trastornos primarios del sueño:

Disomnias: alteraciones de la cantidad, calidad y horario del sueño

Imsomnio

Hipersomnia

Narcolepsia

Trastornos del sueño relacionados con la respiración

Trastornos del ciclo circadiano

Parasomnias: conductas anormales asociadas al sueño

Pesadillas

Terrores nocturnos

Sonambulismo

Otros: bruxismo, somniloquia, jactatio capitis nocturna

B-Trastornos del sueño debido a una enfermedad médica

C-Trastornos del sueño relacionados con un trastorno mental

Las parasomnias

Son los trastornos del sueño más habituales en los infantes, de manera que a continuación explicaremos brevemente las más comunes. Luego, estableceremos las diferencias claves entre pesadillas y terrores nocturnos, dos de las parasomnias que más preocupan a las familias.

Pesadillas: ensueño que puede causar un fuerte impacto emocional durante el sueño, comunmente asociado a situaciones que nos generan miedo, rechazo, malestar, confusión o preocupación.

Terrores nocturnos: ensonación que genera un respuesta física significativa (movimientos y verbalizaciones) durante un sueño especialmente profundo y cuyo contenido rara vez es posible recordar.

Sonambulismo: comportamientos anormales durante el sueño tales como hablar, levantarse o caminar dormidos sin que el individuo sea capaz de recordar ninguno de estos actos al despertar.

Bruxismo: hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin propósito alguno durante el sueño.

Somniloquia: o hablar dormido durante el sueño. Desde emitir leves sonidos o palabras inconexas hasta elaborar largas frases con total coherencia gramatical.

Jactatio capitis nocturna: movimientos estereotipados de la cabeza o el cuerpo inconscientes durante el sueño.

 

Diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos

Pesadillas

-Despertar repentino
-Se recuerda el contenido del sueño
-No hay movimientos ni verbalizaciones
-Sensación de miedo y angustia
-Entre los 3 y 6 años
-Generalmente no hacen referencia a situaciones reales. Acostumbran a ser producto a ser producto de estímulos externos inquietantes para el niño.

Terrores nocturnos

-No suele haber despertar
-No se recuerda el contenido del sueño
-Hay movimientos y verbalizaciones
-Sensación de ansiedad y confusión
-Entre los 4 y 12 años
-Normalmente ligados al cansancio físico, en ocasiones relacionados a estados ansiosos o cambios significativos en el entorno.

Siempre que no haya una frecuencia significativa y que el contenido no se repita y prolongue en el tiempo, tanto las pesadillas como los terrores nocturnos, no deberían ser un factor de preocupación para las familias dado que acostumbran remitir de manera natural a medida que el niño va creciendo. Si bien no podemos evitar que aparezcan algunas parasomnias o pequeñas alteraciones del sueño durante la infancia, es importante estar atentos a la frecuencia y al contenido para ser capaces de discriminar cuando podrían ser preocupantes al punto de necesitar la intervención de un profesional. No obstante, en todos los casos es importante facilitar al máximo posible el descanso de los infantes.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños a descansar mejor?

  • Establecer rutinas y horarios para las actividades en casa (hacer deberes, cenar, cepillarse los dientes, dormir). Es decir, definir de qué manera y en qué orden hacer cada cosa.
  • Evitar las actividades y alimentos excitantes antes de ir a dormir.
  • Crear un ambiente más tranquilo y relajado en casa a la hora de ir a dormir.
  • Evitar el acceso a elementos distractores en la habitación.
  • Acompañar, si es necesario, al niño/a durante unos minutos ayudándolo a relajarse, de manera que experimente el momento de ir a la cama como una situación agradable y placentera.
  • Favorecer la comunicación y expresión emocional en casa también ayudará al niño/a a deshacerse de los pequeños miedos, dudas o preocupaciones que podrían estar perturbándolo y que suelen manifestarse a través de algunas pesadillas.

 

Si crees que tú o alguien cercano a ti presenta un perfil similar al aquí descrito, no dudes en consultar. Una evaluación individualizada permitirá establecer la intervención más apropiada para iniciar el proceso de recuperación.

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