La gratitud es una de esas virtudes que están en la cumbre de los valores y hábitos humanos. Al vivirla con intensidad agilizas la sanación de tu sistema emocional, te reconectas con tu Yo Interior o Yo Espiritual y logras grandes mejoras en la relación con tus padres, pareja, hijos, amigos, colegas, con el dinero y tu trabajo y, sobre todo, contigo mismo.
Una de las grandes formas de sanar el pasado es la gratitud. A su vez, sanar el pasado es la clave maestra para vivir en paz, disfrutar el presente y avanzar con plena confianza y fe en el futuro. Es una de las grandes virtudes porque al agradecer aceptas la valiosa oportunidad de vincularte emocionalmente con otras personas. Cuando vives y sirves de corazón y cultivas poderosos sentimientos de gratitud, siembras semillas de amor, que tarde o temprano florecerán. Vivir en gratitud es vivir sembrando todos los días, y esto en sí mismo es fuente de felicidad.
Cuando aprendes a ver y sentir cualquier momento de tu vida como un momento maestro, incluso si se trata de una experiencia compleja o dolorosa, y la aceptas con gratitud como una gran oportunidad para aprender, eso te abre y te dispone para aprovechar al máximo esa situación. Esa actitud es tan potente que te libera de anclas (culpas, iras, miedos y tristezas). De esta forma, evitas que te quedes anclado en el pasado, a la vez que te ayuda a prepararte para construir un mejor futuro. La gratitud tiene un poder especial para abrirte los ojos y reconocer el valor de las otras personas, situaciones o experiencias en tu vida que antes no lograbas reconocer.
Beneficios de la gratitud
- La gratitud no solamente te reconecta con la parte espiritual sino con el amor que habita dentro de ti y dentro de cada uno de nosotros, porque al agradecer abres tu corazón al incontenible poder del amor. El amor sana, cura, libera emocional, mental y físicamente. Podemos decir que el acto de agradecer nos puede ayudar a sanar a varios niveles. Hoy nos vamos a centrar en los beneficios de agradecer para mejorar nuestra salud.
- La gratitud transforma memorias y pensamientos. Los pensamientos repetitivos nos estresan y cansan, eventualmente nos inflaman por dentro y nos enferman. Cuando, a través de la gratitud, cambiamos la forma de pensar sobre algún recuerdo o vivencia en particular y dejamos de sufrir por ello, nuestro cuerpo descansa, se desestresa. Gracias a ello, el oxígeno fluye mejor llegando a cada parte de nuestro cuerpo, nos desinflamamos, el sistema inmune vuelve a trabajar de manera óptima y eventualmente sanamos físicamente.
- La gratitud desatora flujos energéticos. Las emociones negativas generadas por eventos traumáticos del pasado se acumulan en ciertas partes del cuerpo relacionadas energética y simbólicamente con esas vivencias. Esas partes del cuerpo sufren, dejan de recibir suficiente oxígeno y nutrientes. Incluso sus células llegan a mutar genéticamente para sobrevivir o bien dejan de funcionar correctamente.
- La gratitud aumenta tus emociones positivas. Nuestras emociones juegan un rol muy importante en el estado del sistema inmune, del sistema cardiovascular y del sistema digestivo y de nuestro estado físico en general. El estrés y la tristeza deprimen el sistema inmune, la felicidad y la paz lo optimizan. El estrés degrada nuestras arterias, inflamándolas hacia adentro, haciéndolas estrechas. La paz y el estado permanente de gratitud relajan las arterias y permiten mejor flujo de nutrientes y oxígeno, así como permitiendo que se concrete el proceso de limpieza de toxinas.
Quienes son más felices viven más y mejor, mientras que quienes andan todo el tiempo de gruñones y estresados viven menos y peor. Todo lo que sucede a nivel emocional se traduce a nivel físico, a eso se le llama psicosomatización.
Evidencias científicas
Científicos modernos han llevado a cabo miles de estudios, y hasta han creado ramas de la ciencia como la Psiconeuroinmunología. Un pensamiento o lenguaje negativo puede activar procesos internos energéticos y físicos que impactan directamente en nuestro sistema inmune, la homeostasis, el metabolismo y el bienestar físico en general.
Estudios han demostrado que cuando la persona experimenta emociones positivas se producen más glóbulos blancos en la médula ósea, los cuales serán los que interactúen o combatan los patógenos y gérmenes que entren al cuerpo. Por el contrario, el miedo y el estrés a largo plazo deprimen el sistema inmune. Además, en estado de estrés se segrega la hormona cortisol la cual tiene un efecto negativo en la producción de anticuerpos. Estudios han demostrado que las emociones positivas incluso activan el sistema de dopamina del cuerpo. Vivir en gratitud provoca emociones positivas y una percepción hermosa de la vida. Esto activa las dopaminas dentro de tu cuerpo (hormonas de la victoria o el triunfo) y eso te ayuda a que las células cancerígenas disminuyan.
La gratitud modifica nuestra estructura molecular. El doctor e investigador japonés Masaru Emoto, por azares de la investigación logró descubrir que cuando uno dirigía pensamientos y palabras positivas hacia el agua, sus moléculas alteraban su estructura y presentaban formas bellas y simétricas. Pero cuando uno dirigía pensamientos o palabras negativas la composición se volvía a alterar presentando estructuras asimétricas y no tan bellas. ¿Y qué crees? Las palabras y pensamientos de gratitud generaban un impacto muy poderoso, positivamente hablando, aún comparadas con otras palabras o pensamientos positivos. Esto quiere decir que con gratitud nuestro cuerpo vive en armonía porque nuestras células viven en armonía.
El poder medicinal, curativo, sanador, reparador y revelador del amor, en todas sus manifestaciones, incluyendo la gratitud, es enorme. La gratitud es una caja de regalo, pero el verdadero regalo dentro es el amor.
Connexions Teràpies Integrades tiene tu psicólogo en Hospitalet de Llobregat.
Fragmento extraído del libro El poder la gratitud. Ricardo Perret.