Hoy en día, se considera que las emociones desempeñan un papel fundamental en el comportamiento humano. Están presentes en la vida cotidiana de las personas. En el ámbito educativo, se han llevado a cabo investigaciones, experiencias y prácticas enfocadas en el razonamiento y la inteligencia. Pero en los últimos años, las emociones y la vida emocional han ganado una relevancia cada vez mayor. La sociedad actual enfrenta problemas emocionales evidentes, como la violencia, la agresividad, el acoso escolar y el fracaso académico, lo que ha impulsado la búsqueda de soluciones a través de un mayor entendimiento de las emociones y su influencia en el desarrollo cognitivo. En este contexto, se ha reconocido que las emociones y el aprendizaje están estrechamente vinculados y tienen una interrelación significativa.
Relación entre las emociones y el aprendizaje
Los estudiantes que asisten a centros educativos provienen de diversas culturas y entornos familiares. Esto implica que los profesores deben tener un conocimiento actualizado para brindarles una atención personalizada, no solo en el ámbito cognitivo, sino también en el motivacional, emocional y sociocultural. Esto exige la necesidad de atraer y mantener a todos los tipos de alumnos. Algunos con alta motivación y compromiso en las tareas escolares, mientras que otros enfrentan dificultades de aprendizaje, problemas de comportamiento, absentismo escolar y carecen de apoyo afectivo y familiar.
Además, los planes educativos que prolongan el tiempo en la escuela demandan enfoques y metodologías que incluyan la educación emocional. Reconocer la importancia de las emociones, impulsará el desarrollo integral de cada estudiante. Diversas investigaciones han demostrado la relación positiva entre las emociones y el aprendizaje.
La educación emocional conlleva el desarrollo de competencias cognitivas y sociales. Esto favorece el logro de objetivos académicos y sociales al ayudar a los estudiantes a reconocer, gestionar y expresar sus emociones. Estas habilidades crean un ambiente propicio para establecer metas y trabajar para alcanzarlas. De esta manera, resulta más sencillo establecer objetivos académicos y responder a las necesidades de los alumnos, tanto a nivel personal y emocional como social. Diversos estudios han demostrado resultados significativos de la educación emocional en el ámbito académico y social:
- La motivación y el compromiso con las tareas y el propio aprendizaje tienen un impacto positivo en el rendimiento académico.
- Cuando los estudiantes muestran un comportamiento adecuado en la escuela, asumiendo más responsabilidad, asistiendo regularmente y evitando situaciones conflictivas, se crea un ambiente más favorable para el aprendizaje.
- Al desarrollar habilidades para autorregular sus emociones y mejorar las competencias sociales, los alumnos pueden experimentar un crecimiento integral en su desarrollo personal y académico.
- La educación emocional también contribuye a reducir comportamientos de riesgo y situaciones en las que se manifiestan emociones negativas, como la ira, agresiones o actitudes desafiantes hacia los profesores.
- Asimismo, se ha observado que la educación emocional puede tener un impacto positivo en la disminución de experiencias sexuales precoces y el consumo de alcohol y drogas entre los estudiantes.
Texto extraído de: Influencia de las emociones en el aprendizaje y crecimiento personal de PILAR MARTÍN LOBO.
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