-
Pingback: 10 formas de autosabotaje - Connexions Teràpies Integrades
Procrastinar significa aplazar las responsabilidades para dedicar nuestro tiempo a actividades placenteras o poco relevantes. Es decir, cuando procrastinamos evitamos enfrentarnos a tareas o decisiones, ya sea porque nos resultan complicadas o nos implican un cierto esfuerzo, llenando nuestro tiempo con diversas distracciones. Todos hemos postergado tareas más de una vez, el problema ocurre cuando se convierte en un hábito, en ese caso el malestar emocional implicado es significativo y puede tener consecuencias a largo o mediano plazo.
Por tanto, procrastinar de forma recurrente no está relacionado sólo con la pereza. Tiene que ver, y mucho, con la falta de recursos para la toma de decisiones y para la regulación emocional. La actitud evasiva que implica la acción constante de procrastinar indica que nos cuesta afrontar situaciones que nos resultan complicadas. Postergamos lo incómodo y experimentamos alivio y cierto placer al dedicarnos a actividades agradables o al menos menos difíciles de abordar. No obstante, el alivio es pasajero porque pronto llega el estrés y en algunos casos la ansiedad, producto del sentimiento de culpa al ser conscientes de las responsabilidades y pendientes acumulados.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de la procrastinación crónica?
- Estrés
- Ansiedad
- Baja autoestima
- Insatisfacción personal
- Hipertensión y enfermedades cardiovasculares
¿Cómo dejar de procrastinar?
- Buscar una motivación o “recompensa” que supere al alivio inmediato que nos proporciona procrastinar.
- Elaborar un listado de tareas pendientes y ordenarlas por bloques (según al área de la vida a la que pertenezcan) y nivel de prioridad.
- Diferenciar y respetar los tiempos de trabajo y obligaciones de los tiempos de ocio y disfrute con la familia, con los amigos y con uno mismo.
- Tener como regla que todas las tareas que sean breves y fáciles de realizar debemos hacerlas inmediatamente.
- Poner fecha límite para las tareas más complicadas o elaboradas.
- Dividir las tareas más complicadas o elaboradas en partes.
- Dedicarnos a una tarea a la vez. Una vez la acabemos iniciar la siguiente.
- Dejar de buscar la perfección.
- Siempre que sea posible, aprovechar nuestros momentos de mayor lucidez y energía para realizar las tareas más complicadas.
- Entrenar la atención focalizada, la respiración y la relajación. El mindfulness es una práctica ideal para ayudarnos a centrarnos en el momento presente.
- Entrenar las habilidades sociales y de gestión emocional. En algunos casos quizás sea necesario recurrir a ayuda especializada.
Conseguir cambiar un mal hábito requiere de constancia para instaurar unos nuevos más saludables. Es importante incorporar progresivamente estos cambios a nuestra vida, de modo que a medida que vayamos afianzando unos podamos incorporar los siguientes. Tener clara nuestra gran motivación para dejar de procrastinar de forma habitual es fundamental para reunir la fuerza de voluntad necesaria para poco a poco dejar de hacerlo.
Somos tu gabinete psicológico en Hospitalet de Llobregat. Consulta con nosotras si tomas la decisión de cambiar tus hábitos y formas de hacer para conseguir un estilo de vida más saludable.