¿Qué es el duelo perinatal?

Duelo tristeza

El duelo perinatal es una experiencia profundamente desautorizada y desatendida que se manifiesta en aquellos que han sufrido la pérdida de un bebé. En nuestra sociedad, todos los dolientes enfrentan diversos obstáculos mientras atraviesan el proceso de elaboración y afrontamiento de la pérdida. Pero en el caso del duelo perinatal, estos obstáculos parecen multiplicarse, dificultando enormemente su proceso de duelo.

Lamentablemente, la pérdida de un bebé en muchas ocasiones no es reconocida públicamente. Tampoco se permite que aquellos que la sufren expresen su dolor de manera abierta. Esto también afecta a la falta de apoyo que reciben de su entorno social y familiar. Incluso el personal sanitario puede no entender plenamente la magnitud del duelo, lo que contribuye a que sea visto como un duelo no válido o no importante.

Para los padres y madres que han experimentado esta pérdida y empiezan a tramitar el duelo perinatal, hablar sobre su dolor puede resultar especialmente difícil. En algunos casos, puede que no tengan pruebas tangibles de la existencia de su bebé, pero en sus corazones y mentes, ese bebé sigue siendo su hijo o hija. A menudo, se sienten despojados de la oportunidad de honrar adecuadamente la memoria de su pequeño ser querido.

Es importante destacar que un alto porcentaje de concepciones, aproximadamente el 43%, no llegan a las 20 semanas de gestación. De estas, alrededor del 75% terminan en pérdida antes de la implantación, en un momento tan temprano que las mujeres ni siquiera sabían que estaban embarazadas. Solo el 25% restante es reconocido clínicamente como pérdida perinatal.

Es crucial comprender que la pérdida perinatal abarca todas las pérdidas que ocurren durante el proceso de gestación y también aquellas que suceden en el primer año de vida del bebé. Estas pérdidas, independientemente del momento en que ocurran, tienen un impacto significativo en los padres y madres afectados. Reconocer la importancia de su duelo es fundamental para brindarles el apoyo y comprensión que necesitan en estos momentos difíciles.

¿Qué es el duelo perinatal?

El duelo es una respuesta natural y adaptativa que se produce cuando perdemos a alguien querido. Esta experiencia engloba pensamientos, sentimientos y comportamientos, y viene acompañada de síntomas somáticos y psicológicos. Es un proceso complejo, identificable y constante en el que gradualmente se van desvaneciendo los lazos emocionales que teníamos con la persona fallecida. La elaboración del duelo puede ser un camino largo y doloroso hasta que finalmente logramos adaptarnos a la nueva realidad. La duración e intensidad del duelo varían según distintos factores y no pueden ser concretadas de manera precisa.

En el pasado, en casos de muerte perinatal, era común sedar a la madre y alejar al bebé del lugar del parto lo más rápido posible. Se creía que esta era la mejor manera de reducir el dolor de la madre ante la pérdida de su bebé. Se intentaba borrar cualquier indicio de la existencia del bebé fallecido y evitar que la madre desarrollara algún tipo de apego emocional hacia él. Además, la pareja solía ser excluida y se le negaba su derecho a experimentar el duelo. Sin embargo, en la actualidad, se ha cobrado mayor conciencia sobre la trascendencia de esta pérdida, independientemente del momento en que ocurra, y se reconoce la importancia de cómo estas personas gestionan el duelo perinatal.

Es fundamental brindar el apoyo y la comprensión necesaria a quienes atraviesan el duelo perinatal. Debemos permitirles expresar su dolor y permitiendo el proceso de adaptación a su nueva realidad. Cada persona vive el duelo de manera única. Es vital que se les ofrezca un espacio seguro para expresar sus emociones y sentimientos durante este difícil proceso.

Diferencias entre madres y padres

Frente a la trágica pérdida de un bebé, el personal sanitario ha concentrado su atención en la madre gestante, lo cual parece lógico debido a que ella sufre la pérdida físicamente. Sin embargo, es un error pasar por alto al compañero o compañera de la gestante. La pareja también atraviesa un proceso de duelo, aunque su experiencia pueda ser diferente, es igualmente dolorosa. Deben enfrentar la pérdida del bebé y a la vez cuidar de su pareja en estos momentos difíciles. Por tanto, es crucial adoptar una perspectiva de género, reconociendo que hombres y mujeres somos seres diferentes con necesidades distintas. La forma en que vivimos y gestionamos el duelo está influida por una multitud de factores culturales.

Según Silvente (2012), los hombres, en general, pueden encontrar más difícil expresar sus sentimientos y tienden a no buscar apoyo de la misma manera que las mujeres. Suelen inclinarse más hacia la acción y la solución de problemas, quizás como una forma de buscar seguridad en medio de la inestabilidad emocional. Realizan actividades, practican deporte o salen de casa para enfrentar la situación.

Es cierto que la pareja, ya sea hombre o mujer, se enfrenta a la necesidad de adaptarse rápidamente a la vida anterior. Además, suele ser quien recibe preguntas sobre cómo se encuentra la madre gestante, pero rara vez alguien le pregunta a él o ella cómo se siente o si necesita algo. La pareja no ha tenido la experiencia física de sentir al bebé dentro, lo que puede generar sentimientos ambivalentes y hacer que la pérdida sea más abstracta para ellos. No haber compartido la experiencia de “sentir al bebé” puede causar una profunda desazón. Todos estos factores pueden complicar la elaboración del duelo perinatal.

Consecuencias a nivel de pareja

La muerte de un hijo puede acercar a la pareja, creando mayor complicidad e intimidad, pero también es común que surjan conflictos y tensiones en la relación. Los cambios individuales que se producen al atravesar un duelo como este afectan la dinámica de la relación. Es fundamental contar con un espacio para hablar sobre los sentimientos, compartir dudas y miedos, lo que puede ayudar a reajustar la relación y superar las diferencias.

La falta de sincronización en el proceso de duelo que ambos experimentan también puede generar tensiones y conflictos. Puede ocurrir que la pareja no sienta el mismo dolor en los mismos momentos o no lo expresen de la misma manera, lo que podría llevar a evitar enfrentarse juntos a los momentos difíciles para no caer en el sufrimiento. Las relaciones sexuales después de la muerte del bebé son motivo de muchos conflictos importantes en el proceso de duelo. Las necesidades de ambos miembros de la pareja pueden ser diferentes en este aspecto.

Consecuencias físicas, mentales y conductuales de la pérdida

  • Físicas: agotamiento, insomnio, dificultad para respirar, boca seca, dolor en la mandíbula, pérdida de apetito, dolores abdominales, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones.
  • Emocionales: tristeza, enojo, enfado, ira, desesperación, miedo, deseos de venganza, culpa, irritabilidad, desasosiego, soledad, ansiedad, confusión y vulnerabidad, añoranza.
  • Mentales: confusión, incapacidad para concentrarse, pérdida de la capacidad intelectual, creencias sobre el sufrimiento (me estoy volviendo loco, no puedo con esto…), pensamientos obsesivos (y si… si hubiera… si no hubiera…).
  • Conductuales: apatía, desgana, hiperactividad. mantenerse ocupado, incapacidad para estar solo, aislamiento, olvidarse de las cosas, buscar al bebé, soñar con el bebé, sentir su presencia.

Podéis contactar con nosotras para cualquier duda.

Artículo extraído de Pérdida y Duelo Perinatal de IDAIRA IZQUIERDO HIDALGO e INGRID XIMENEZ DE EMBUN FERRER.

 

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