Tipos de adicciones sin sustancias químicas

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Existen estudios que certifican que las adicciones a las nuevas tecnologías están en auge. Parece que durante el confinamiento han aumentado todavía más. A continuación, describiremos los tipos de adicciones sin sustancias químicas más importantes y sus características.

La palabra adicción siempre ha ido rodeada de una pérdida de control y de dependencia. Por este motivo, las adicciones no pueden sólo relacionarse con las sustancias químicas (alcohol, nicotina, marihuana…). Cualquier actividad normal que es percibida como placentera puede convertirse en una conducta adictiva. ¿Cuándo sucede esto? La persona pierde el control cuando desarrolla aquella actividad y continúa con ella a pesar de las consecuencias negativas que implica.

Normalmente, este tipo de comportamientos están desencadenados desde un deseo moderado hasta una obsesión intensa y que acaba por generar síndrome de abstinencia (irritabilidad, humor depresivo, trastornos del sueño…) cuando se deja de hacer. También se observa una pérdida de interés por otro tipo de actividades que antes se disfrutaban.

Las conductas normales, incluso las que son saludables, se pueden hacer usos indebidos según su frecuencia, intensidad o cantidad de dinero invertida y que acaba por afectar gravemente en su vida cotidiana a nivel social, laboral y familiar.

Juego patológico

Juego patológico

Es la adicción más frecuente, sobre todo la asociada a las máquinas tragaperras. Existe una incapacidad para controlar el impulso a jugar y se desarrolla una dependencia con respecto al juego, es decir, se continúa jugando a pesar de las consecuencias negativas que esto conlleva. La prevalencia es del 2% en la población adulta, siendo los hombres más propensos que las mujeres. Se distribuye por todas las clases sociales y por todas las edades, aunque se está viendo que la edad de inicio ha ido bajando en los últimos años.

El hecho que las máquinas tragaperras provoquen una adicción mucho mayor que otro tipo de juegos de azar no es casualidad: su amplia difusión, el importe bajo de las apuestas, posibilidad de ganar cantidades importantes, brevedad entre la apuesta y el resultado, la manipulación por parte de la persona genera ilusión de control, las luces intermitentes, los colores y los sonidos… Todo esto en conjunto provoca una tensión emocional y una gran activación tanto de nuestro cuerpo como de nuestro cerebro.

Adicción al trabajo

Existe una pérdida de control respecto a los límites del trabajo y la vida cotidiana. Lo que distingue a un adicto es más la actitud hacia las tareas a realizar o los objetivos a conseguir que el número de horas trabajadas. Además, hay ideas poco realistas del dinero, del éxito y del poder. Hay cuatro características:

  • Implicación elevada en la actividad laboral.
  • Impulso a trabajar por presiones personales o internas.
  • Poca capacidad para disfrutar del trabajo.
  • Búsqueda de poder o prestigio.

Lo que está en juego en la persona adicta es su autoestima y reconocimiento social y normalmente existen sentimientos de inferioridad y de miedo al fracaso. La necesidad incontrolable de dedicarse al trabajo de un modo central y excesivo lleva al adicto a sentirse insatisfecho o irritable cuando se encuentra en vacaciones o fines de semana.

En cambio, las personas muy trabajadoras, pero no adictas, disfrutan y se sienten entusiasmadas con el trabajo a realizar, son productivas y equilibran su mundo laboral con el personal.

Adicción al sexo

Consiste en un exceso de deseos y de conductas sexuales que la persona no puede controlar. Se trata de conductas sexuales breves, poco satisfactorias, con distintas personas y siendo el único objetivo la penetración/eyaculación, dejando de lado cualquier tipo de conducta amorosa. La diferencia entre la promiscuidad o el apasionamiento es que cuando hay adicción las conductas sexuales no son deseadas y producen muchas consecuencias negativas:

  • Físicas: enfermedades de transmisión sexual.
  • Psicológicas: culpabilidad, vergüenza, ruptura matrimonial, autoestima baja, soledad.
  • Sociales: pérdida de empleo, devaluación del estatus socioeconómico.

La adicción al sexo puede mostrarse de formas distintas: masturbación compulsiva, búsqueda ansiosa de relaciones sucesivas con múltiples personas, uso de prostíbulos, consumo abusivo de teléfonos eróticos o consumo excesivo de páginas de internet dedicadas al sexo.

Adicción a las compras

Se trata de un impulso irrefrenable para adquirir objetos que la persona no necesita, se compra por comprar, y se es consciente de ello. La gratificación deriva del propio proceso de compra. Este consumo no planificado supera las posibilidades económicas de la persona, así que son muy habituales las conductas de morosidad.

La conducta compradora normalmente pase por las siguientes fases:

  1. Sentimientos de tristeza, ira, nerviosismo.
  2. Excitación ante las expectativas de comprar.
  3. Adquisición de objetos innecesarios.
  4. Arrepentimiento y autoreproches por haber gastado el dinero y haber perdido el control.
  5. Repetición del ciclo para superar el malestar emocional.

Adicción a la comida

Adicción a la comida

Supone realizar regularmente atracones sin control. Éstos se inician de forma brusca cuando la persona siente un hambre incontenible y llevan a la persona a ingerir grandes cantidades de comida en un periodo corto (20-60 minutos). Las calorías consumidas en cada atracón pueden llegar a las 5000.

Los efectos gratificantes de los atracones son inmediatos pues se reduce la inquietud y aparece una sensación de euforia. No obstante, al cabo de pocos minutos aparecen las consecuencias negativas, puesto que los adictos sienten malestar físico (sensación de pesadez, dolor abdominal…) y malestar psicológico (culpabilidad, baja autoestima, estado de ánimo depresivo…). Este nivel de malestar puede conllevar la aparición de más atracones.

Cabe decir que no es lo mismo comer mucho que tener una adicción a la comida. En el primer caso no hay alimentos prohibidos y se ingiere la comida disfrutándola. En el segundo caso, hay una pérdida de control en la ingesta para aliviar el malestar interno y los alimentos prohibidos pasan a ser los preferidos durante los atracones.

Adicción a internet

Se trata de un uso excesivo y anómalo. La capacidad adictiva de internet deriva de su presencia en los lugares importantes de la persona (hogar, trabajo, sitios de ocio…) y de su bajo coste. La red permite satisfacer la necesidad de interacción social a través de chats, foros, correo electrónico, páginas web y juegos online.

La dependencia a internet empieza de forma gradual y finalmente se busca una satisfacción inmediata y huir de los problemas. Las consecuencias negativas de su uso indebido son: irritabilidad, incapacidad por salirse de la pantalla, aislarse del entorno y no prestar atención a las obligaciones laborales, académicas o sociales.

Si tenéis cualquier consulta, no dudéis en contactar con nosotras para que cualquiera de las psicólogas de nuestro centro en Hospitalet de Llobregat os la resuelva.

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