Las personas con trastorno de personalidad narcisista se caracterizan por presentar ideas fantasiosas de grandeza, poca o nula empatía y búsqueda constante de la admiración y adulación externas.
El DSM-V (APA, 2013), define el Trastorno de Personalidad Narcisista como un patrón dominante de grandeza (fantasía o comportamiento), que conlleva la necesidad de admiración y la reducción de la capacidad de empatía.
Para diagnosticarlo la persona debe presentar 5 o más de las siguientes características, las cuales deben haberse manifestado de forma consistente desde una edad adulta temprana.
- Sentido exagerado de su propia importancia y talento.
- Creencia de ser únicos y especiales y en consecuencia, sólo deberían relacionarse con personal de un alto nivel.
- Preocupación constante por llevar a cabo fantasías ilimitadas de poder, influencia, logros, etc.
- Necesidad de admiración incondicional.
- Sentido del derecho (se cree merecedor de…).
- Envidia de los otros y creencia que los otros la envidian.
- Arrogancia y soberbia.
- Falta de empatía.
- Explotación de los otros para lograr objetivos personales.
En función de las características de la persona narcisista se han establecido diferentes tipos de narcicismo.
Aunque dicha clasificación no está recogida aún en el DSM-V), sirve para detectar con mayor claridad las tendencias en el funcionamiento de un perfil narcisista.
Narcisista encubierto
Se muestra encantador y entregado para, de esta manera, conseguir sus objetivos. Queda patente la falta de empatía.
Narcisista dependiente
Necesita la constante aprobación y admiración de los demás. Se muestran como personas seguras de sí mismas pero en realidad necesitan desesperadamente de los elogios externos para nutrir su autoestima.
Narcisista impulsivo
Presenta una muy baja tolerancia a la frustración frente a situaciones que considera injustas. Reacciona de forma impulsiva y desproporcionada cuando siente que no se cumple su expectativa o idea de cómo deben ser las cosas.
Narcisista poderoso
Se muestra superior al resto, por ello pretende tener siempre la razón y el control de la situación. Busca imponer su voluntad.
Narcisista inconsciente
No es consciente de que actúa de forma narcisista ya que la manifestación de las características es más sutil. No obstante, sigue habiendo arrogancia, no aceptación de los propios errores o debilidades, autoensalzamiento.
Narcisista vulnerable
Persona sensible, vergonzosa, retraída que suele estar alerta a la respuesta de los demás debido a sus sentimientos de inferioridad. Presenta una gran necesidad de ser cuidado y aprobado por el otro.
Narcisista salvador
Cree que posee la verdad absoluta y la capacidad de salvar a los otros. No tiene voluntad de dialogar ni capacidad de negociación.
Narcisista mártir
Se considera una persona extremadamente buena. Recalca sin cesar los sacrificios que hace por los demás, lo cual la coloca en un posición de superioridad.
Narcisista imaginativo
Se refugia en un mundo fantasioso e irreal para compensar la frustración que siente frente a la que considera su mediocre vida real. En la búsqueda por hacer ver a los demás lo que no es suele caer en múltiples incongruencias.
Narcisista superficial
Centrado en su aspecto físico y en la imagen que proyecta. Su autoestima se basa en encajar en los cánones de belleza y ser halagado por ello.
Narcisista perverso
Busca el control total de sus relaciones fomentando una dependencia emocional en el otro. No se plantea las consecuencias emocionales de sus actos, por tanto, puede llegar a ser muy destructivo en sus relaciones interpersonales ya que sólo le importa su beneficio y satisfacción. Se suele relacionar con la personalidad psicopática.
Independientemente de dónde ponga el énfasis la conducta la persona narcisista, la base de dicho trastorno está en no ser capaz de fortalecer su autoestima de una forma saludable, en la falta de habilidades comunicativas y de gestión emocional y la presencia de creencias erróneas sobre lo que es el éxito y la felicidad. Un trastorno de personalidad narcisista es aquel que va más allá de actitudes puntuales de egoísmo y desconsideración. Se trata de un patrón repetido de conductas que determina un funcionamiento que tiene afectaciones negativas en las relaciones interpersonales y en el bienestar emocional del individuo.
Si crees que tú o alguien de tu entorno puede presentar estas características y necesitas revisarlo, no dudes en consultarnos.
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