La intervención temprana en psicosis es un enfoque centrado en detectar de forma precoz y tratar eficazmente los primeros síntomas psicóticos, especialmente en jóvenes de entre 14 y 35 años. Su objetivo principal es favorecer la recuperación desde las etapas iniciales de la enfermedad, actuando idealmente en los primeros 5 años desde el inicio de los síntomas.
Este modelo se diferencia de la atención tradicional porque:
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Se basa en una detección temprana.
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Aplica tratamientos específicos para cada fase.
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Puede complementar los servicios estándar o aplicarse desde un servicio especializado.
La OMS y la Asociación Internacional para la Psicosis Temprana (IEPA) destacan varios elementos esenciales para su implementación:
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Uso combinado de tratamientos farmacológicos y psicosociales.
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Atención específica a comorbilidades y a la fase aguda.
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Inclusión de aspectos vitales como educación y empleo.
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Coordinación con servicios comunitarios del área de salud.
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Adaptación a las necesidades de la población juvenil.
En los últimos 20 años, las intervenciones psicológicas (ya eficaces en esquizofrenia) se han adaptado con éxito al tratamiento de la psicosis en fase inicial, demostrando beneficios importantes para los pacientes y sus familias.
1. Modelo de estadificación clínica de la psicosis
La psicosis se entiende como un proceso continuo desde una fase inicial hasta la cronicidad, con varios estadios intermedios. Los tratamientos en las primeras fases son más seguros, efectivos y accesibles, y buscan prevenir o retrasar la progresión del trastorno.
La intervención temprana se divide en tres momentos clave:
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Fase aguda del primer episodio psicótico.
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Fase de recuperación inicial y restablecimiento completo.
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Fase de restablecimiento inicial tardío incompleto.
2. Intervenciones en la fase aguda del primer episodio psicótico
En esta fase hay una gran desorganización cognitiva, conductual y social. Los objetivos del tratamiento psicológico son:
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Garantizar la seguridad del paciente, previniendo riesgos como suicidio o conductas dañinas.
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Reducir el tiempo entre el inicio de síntomas y el tratamiento efectivo.
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Acelerar la remisión de síntomas psicóticos y asociados (ansiedad, depresión, agresividad).
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Disminuir el impacto negativo de la psicosis (estigma, trauma).
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Fomentar el compromiso del paciente y familia con el tratamiento.
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Promover atención ambulatoria y domiciliaria.
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Minimizar el estrés ambiental y social.
El tratamiento preferible es en dispositivos comunitarios o domicilio cuando sea posible.
2.1 Intervención con el paciente
Se busca crear un ambiente seguro para que el paciente exprese su experiencia psicótica, ordenando su narrativa y reduciendo su angustia. Es esencial empatizar, clarificar desconfianzas y promover expectativas de recuperación.
2.2 Intervención con la familia
Se inicia una relación colaborativa con la familia para apoyarla en la crisis, proporcionar ayuda práctica y emocional, y ofrecer un modelo explicativo claro sobre la psicosis. Se identifican familias de alto riesgo para un seguimiento específico.
3. Tratamientos psicológicos eficaces en esta fase
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Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) para la fase aguda.
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Terapia de Aceptación y Compromiso (TAC).
3.1 Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) para la fase aguda de la psicosis
Desarrollada por Lewis et al. (2002) en el estudio SoCRATES, esta adaptación de la TCC demostró mejorar rápidamente los síntomas del primer episodio psicótico cuando se añade a los cuidados rutinarios en hospitalización aguda.
La intervención consta de tres fases:
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Enganche y evaluación: Evaluación de síntomas y respuesta, formulación psicológica y psicoeducación sobre la experiencia psicótica.
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Lista de problemas: Priorizar problemas según gravedad, viabilidad y riesgo.
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Intervención y monitorización: Reducir el malestar asociado a síntomas positivos, con un enfoque colaborativo y no confrontativo, desarrollando explicaciones adaptativas para delirios y alucinaciones.
3.2 Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) para la fase aguda de la psicosis
Desarrollada por Gaudiano y Herbert (2006), esta terapia se adapta a estancias hospitalarias breves con un formato flexible de hasta cuatro sesiones, cada una con un tema distinto:
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Disposición conductual como alternativa al control o lucha.
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Trabajabilidad para guiar estrategias de afrontamiento.
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Aceptación de eventos incontrolables versus controlables.
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Pensamientos como productos mentales, no como parte del yo.
El objetivo es aumentar la aceptación de los síntomas psicóticos sin juicio, mientras se promueven metas personales valoradas.
Los pacientes que recibieron esta terapia mostraron mejoría en síntomas afectivos, menor malestar por alucinaciones y menos rehospitalizaciones tras el alta.
4 Intervenciones psicológicas para la adaptación inicial a la psicosis (fase de recuperación 3-9/12 meses)
Durante esta fase, la recuperación emocional es fundamental para superar reacciones frecuentes como el estigma interno, la vergüenza, la desesperanza, y la evitación social, que dificultan el progreso y pueden perpetuar el sufrimiento emocional.
4.1 Características de la recuperación (Edwards & McGorry, 2002)
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Los síntomas positivos pueden remitir rápidamente, pero la recuperación completa implica fluctuaciones y reajustes.
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La recuperación es un proceso activo que incluye integración de la experiencia y restauración de la autoestima.
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Puede haber periodos de estancamiento o meseta, donde la familia debe mantener un ambiente relajado y de apoyo.
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El ritmo de reincorporación a la vida normal debe ajustarse para evitar recaídas.
4.2 Objetivos principales en esta fase
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Desarrollar un estilo integrador de recuperación que distinga el yo de la psicosis y permita la recuperación emocional.
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Reducir reacciones adversas (estigma, trauma, depresión) y fomentar la aceptación compasiva de la psicosis.
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Mantener la implicación del paciente y su familia en el proceso.
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Retomar actividades vitales con metas realistas y restablecer relaciones sociales y familiares.
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Exposición gradual a contextos sociales y laborales, monitoreando el malestar y ajustando exigencias.
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Optimizar la mejoría y prevenir recaídas y abandono del tratamiento.
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Tratar la morbilidad secundaria (depresión, ansiedad, consumo, síntomas postraumáticos).
4.3 Intervenciones específicas
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Con el paciente: Fomentar un estilo adaptativo de recuperación y reconstrucción de identidad, combinando la urgencia de reincorporarse a la vida con la necesidad de adaptación emocional.
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Con la familia: Estabilización y alianza terapéutica, aumentar conocimiento sobre la psicosis, ayudar a identificar señales tempranas de alarma, y desarrollar estrategias de afrontamiento.
4.4 Tratamientos psicológicos validados para esta fase
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Terapia de orientación cognitiva para la adaptación a la psicosis temprana (COPE)
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Terapia cognitiva interpersonal para recuperación y prevención de recaídas
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Terapia de aceptación y compromiso para disfunción emocional secundaria (ACTp)
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Entrenamiento individual en resiliencia (IRT)
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Tratamiento sistemático de la psicosis persistente (STOPP)
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Terapia cognitivo-conductual para síntomas negativos
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Psicoterapia positiva para la psicosis
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Terapia basada en mindfulness para recuperación
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Entrenamiento metacognitivo
Los primeros tres son el tratamiento básico, el resto se usa según necesidades individuales (ej. STOPP si persisten síntomas positivos, terapia para síntomas negativos si es necesario, etc.).
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