El confinamiento nos ha supuesto enfrentarnos a la incertidumbre, a la adaptación acelerada a nuevas rutinas, a la soledad, o, por el contrario, al estrés producto de la convivencia intensiva sin espacios personales para poder desconectar. Sin embargo, las personas aprendemos rápido y somos capaces de adaptarnos a las situaciones más inverosímiles y sacar provecho de las mismas. Es por ello que, después de varios meses de cuarentena, podemos hablar de los aprendizajes y valores potenciados con los niños.
5 valores adquiridos durante el confinamiento con los niños
Saber esperar
Hemos aprendido a aceptar que hay cosas que no dependen de nosotros, por tanto hay situaciones en las cuales hay que mantener la calma y ser pacientes. Los niños y niñas han aprendido con nuestro ejemplo a rebajar la exigencia relacionada con la inmediatez que está tan presente en nuestro día a día. Así, han sido capaces de entender que no era posible ir a los parques, que a los amigos y a la familia sólo los podíamos ver por videollamada, que aquello que les apetecía comer de momento no era accesible… Saber esperar es básico, pero era algo que tanto niños como adultos estábamos olvidando.
Ser creativos 
Disponer de más tiempo nos ha permitido dejar volar la imaginación, ser espontáneos y atrevernos a probar cosas nuevas. La cuarentena ha estado impregnada de creaciones artísticas. Las familias han montado circuitos lúdicos y deportivos en casa, han reinventado la utilidad de los espacios, han llenado las redes de vídeos divertidos, de música y arte. Los niños han sido más libres que nunca en casa y han podido compartir esa libertad con unos padres más dispuestos a seguirles el juego.
Colaborar
Otro de los valores potenciados con los niños durante el confinamiento nos lo ha ofrecido el tiempo que compartido. Tanto tiempo juntos ha hecho que sea necesario organizar nuevas rutinas, en las cuales todos los miembros de casa tenían una tarea. Implicar más a los niños en las rutinas de casa ha servido a los padres para mantenerlos entretenidos, pero además y sobre todo, ha servido para potenciar su autonomía y fortalecer los vínculos en la familia a través del trabajo cooperativo.
Amar lo sencillo
Estos dos meses de encierro obligado, con restricciones importantes para hacer o acceder a aquello que nos apetecía, nos ha permitido redescubrir la belleza de las cosas simples. Tener tiempo para descansar, volver a los juegos de mesa, cocinar sin prisas, tomar el sol… Los niños llevan incorporada esta capacidad, pero cuando los adultos conectamos con ella la disfrutan mucho más. Hemos aprendido que no necesitamos “tantas cosas” para sentirnos bien.
Valorar la familia
La cuarentena nos ha obligado a estar encerrados 24 horas, 7 días a la semana con nuestras familias. En la mayoría de los casos, este reencuentro ha sido enormemente positivo. Hemos descubierto que, una vez pasado el estrés inicial y reorganizadas las rutinas familiares, podemos pasárnoslo bien juntos sin necesidad de grandes parafernalias externas. Hemos sido más que nunca conscientes de que lo que más necesitamos para estar bien es sabernos seguros junto a los nuestros.
Recordad que dentro de los servicios de nuestro gabinete de psicología en Hospitalet de Llobregat disponemos de terapia infantojuvenil y terapia familiar, en las cuales os ayudamos a gestionar mejor las dificultades que suelen surgir en el sistema familiar.