Promover la autorregulación emocional es uno de los grandes retos de la crianza, y va a ser fundamental para abordar comportamientos desadaptativos. Un entorno que combine estructura y empatía, acompañado de una comunicación abierta, formarán los pilares básicos de este proceso.

Durante la infancia y adolescencia es común encontrarse con actitudes desafiantes, manifestaciones de oposición (el conocido: “no”) y momentos de irritabilidad. Estas conductas son parte natural del proceso de desarrollo humano y tienen el propósito de marcar una autonomía frente a las figuras parentales. Suelen surgir alrededor de los 8 años y reaparecer en la adolescencia.

Mayormente, estos comportamientos son resultado de un malestar interno del niño. Puede ser físico, como hambre, cansancio o fatiga debido a una sobrecarga de actividades, o psicológico como consecuencia de sentimientos de tristeza, miedos o preocupaciones. Por eso, va a ser muy importante poder comprender su origen y abordarlo de forma constructiva y positiva. Teniendo como objetivo la promoción de la autorregulación emocional.

¿Cómo podemos responder ante estos comportamientos?

Revisar la propia conducta. Es crucial observar cómo nos comportamos los adultos, prestando atención a nuestra comunicación verbal y no verbal. Se debe evitar:

  • Cualquier forma de agresión: gritar, dar golpes (a los propios niños u otros objetos) o insultar.
  • No etiquetar. Evitar frases como “eres un desordenado” o “eres un maleducado”. Debemos señalar las conductas para que las puedan modificar, por ejemplo, podemos substituir las frases anteriores por las siguientes: “has dejado la habitación desordenada” o “cuando saludamos a alguien, decimos hola”.
  • Solo prestar atención a las conductas negativas, ya que las estaremos reforzando. Debemos estar muy atentos a todas las cosas que sí qué hacen bien en su vida diaria y felicitarlos.

Corregulación. Cuando los niños/as sufren malestar o se sienten frustrados van a necesitar que les transmitamos serenidad y tranquilidad. Es esencial poder empatizar con su malestar antes de intentar corregir la conducta que nos desagrada.

Comunicación adecuada. Si el niño/a se siente disgustado no va a poder atender a lo que le decimos, por lo que será mejor hablar de lo que ha pasado una vez esté tranquilo/a. Le podemos preguntar qué ha pasado, como se ha sentido y que podríamos haber hecho para ayudarlo. Fomentando su confianza en nosotros y, como consecuencia, se promueve la expresión emocional.

Promover el vínculo: comunicación y ocio. 

  • Los niños son grandes imitadores. Habla con ellos de tus sentimientos y que has hecho al respecto. De esta forma aprenderán a identificar y resolver problemas de forma conjunta.
  • Es crucial compartir momentos de juego, dándole libertad para que pueda expresarse, es un momento destinado para él/ella. En el que no deben estar incluidas las correcciones ni las pautas. De esta forma vamos a facilitar su expresión emocional, plasmando miedos o preocupaciones.

Búsqueda de actividades relajantes. En momentos de malestar, buscar distracciones puede ser útil para fomentar la autorregulación. Podemos ayudar a los niños a encontrar actividades que les relajen, como leer, respirar, dibujar, jugar o hablar.

Fomentar la expresión emocional. Solo cuando expresamos lo que sentimos podemos encontrarle una solución, por ello, este paso es clave para fomentar su autorregulación. Debemos validar sus emociones sin corregirlas ni cuestionarlas. Así como debemos reforzarles positivamente cada vez que nos expliquen como se sienten, una manera muy útil es decir “Me ha puesto muy contento/a que me cuentes como te sientes.”.

En caso de que las conductas persistan o generen un alto malestar, al niño y/o a la familia es recomendable acudir a un profesional para poder descartar posibles trastornos. Esto permitirá analizar las causas subyacentes de los comportamientos, comprender el contexto, proporcionar herramientas personalizadas, tanto al menor como a la familia, para fomentar la autorregulación emocional y diseñar una intervención adaptada y personalizada.

En caso de duda, no dudes en consultarnos. Somos tu centro psicológico de Terapia Infantojuvenil y Asesoramiento Parental en Hospitalet de Llobregat.

 

 

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