Existen numerosas creencias erróneas respecto al amor romántico. La mayoría de ellas son heredadas de la ficción y potenciadas por la sociedad patriarcal en la que vivimos. La literatura, las películas, las canciones están llenas de afirmaciones irracionales y poco saludables. El arte tiene licencia para exagerar. No obstante aplicar dichas ideas a la vida real nos hace sufrir en muchas ocasiones de forma exagerada e innecesaria y potencia conductas de posesión y dependencia. Si bien estas creencias no son patrimonio de las mujeres, son mucho más habituales en éstas.
Las creencias erróneas en el amor romántico más habituales son las siguientes:
1. El amor todo lo puede
Solemos pensar que el amor es suficiente para superar cualquier obstáculo. Que amar es suficiente razón para aceptar la decepción, el dolor y la insatisfacción. Nos forzamos entonces, en nombre del amor a perdonar infinitas veces. Y empezamos a aferrarnos a los momentos buenos y a los discursos del otro, obviando todo aquello que nos hace infelices. El amor no basta. Es requisito imprescindible para iniciar y mantener una relación de pareja pero no es el único factor que determina el bienestar de la misma.
2. En el amor hay que sufrir
En toda relación de pareja habrán dificultades y momentos de desacuerdo. No obstante, si la comunicación es fluida, honesta y eficaz podremos llegar a acuerdos y superar las diferencias. Una relación de pareja donde el malestar sea una constante indica que alguno o varios de los pilares que sustentan la relación están fallando. Una relación saludable nos aporta calma.
3. Amor a primera vista
Existe la atracción inmediata. Sin embargo; atracción o deseo no es igual a amor. Creer que nos podemos enamorar a primera vista nos impulsa de forma irracional a entregarnos sin reparos a la otra persona. Por tanto, nos arriesgamos a darlo todo sin conocer realmente al otro y sin haber comprobado que su nivel de interés y compromiso es similar al nuestro. El amor se construye con el tiempo, a través de la comunicación, la confianza y el conocimiento y aceptación del otro.
4. La media naranja
No necesitamos alguien que nos complete. La idea de la media naranja potencia la dependencia. De hecho, un bienestar emocional real se basa en trabajar día a día en el autoconocimiento y desarrollo personal. Somos personas completas y debemos buscar personas completas. No caer en el rol del salvador o salvadora ni tampoco buscar unx desesperadamente. Aquellos perfiles compatibles con quienes sea agradable compartir la vida porque nos potencian y nos aportan serán los mejores compañeros de vida.
5. Los celos son una muestra de amor 
Los celos son señal de inseguridad y dificultades de gestión emocional. La confianza en la pareja es vital para que la misma sea saludable. La confianza se potencia a través de la comunicación sincera, abierta y asertiva.
6. Almas gemelas
No existe una única persona para mí. Ciertamente puedo sentir una fuerte conexión con alguien derivada de nuestra compatibilidad y capacidad para entendernos y resolver las dificultades que puedan surgir. No obstante, creer en almas gemelas potencia la idea de que si pierdo a esa persona no podré volver a ser feliz jamás porque no habrá nadie más con quien sea igual de compatible. Hay que tener presente que cada relación es única. Que incluso, nosotrxs mismxs somos diferentes en cada relación. Por tanto, si estamos abiertxs a conocer y dejarnos conocer llegará a nuestras vidas más de una persona especial.
7. No sin mi pareja
Creer que tener pareja implica hacerlo todo juntos es un error. Es necesario que exista un equilibrio entre los tiempos individuales y los tiempos de pareja. Ambos son necesarios e importantes para la salud de la relación. Tener tiempos inviduales fomenta el desarrollo personal, la confianza en la pareja y permite entrar aire fresco en la misma (tenemos nuevos temas de conversación).
8. Saberlo todo de su pasado
Creer que tener confianza implica conocer con detalle el pasado del otro es otra creencia errónea. Nuestra pareja no nos debe explicaciones de su vida pasada. Cada persona tiene derecho a elegir hasta donde desea compartir sus experiencias anteriores. El pasado de nuestra pareja, si realmente es pasado, no tiene porque influir en nuestra vida actual.
9. Si nos queremos no deberíamos discutir
En cualquier convivencia surgen discrepancias o desacuerdos. Discutir es inevitable y es necesario. Lo importante es hacerlo en un tono respetuoso y con voluntad de llegar a acuerdos. Para ello es imprescindible entrenar la comunicación asertiva en la pareja. No es posible avanzar en la relación sin enfrentarnos a ciertas conversaciones incómodas.
10. Si se lo tengo que pedir ya no lo quiero
Nuestra pareja no tiene por qué intuir nuestras necesidades y demandas, no siempre somos conscientes de lo que el otro necesita. Por tanto, si hay algo importante para nosotros debemos comunicarlo. Comunicar, informar y pedir no es igual a suplicar. Si comunicamos una necesidad y nuestra pareja nos escucha y cambia la actitud para responder a nuestra demanda indica que estamos en una relación adulta capaz de comunicarse para avanzar.
11. Si nos queremos no podemos sentirnos atraídos por otrxs
La fidelidad es una decisión. Como seres racionales elegimos el tipo de relación y compromiso que deseamos tener y actuamos en consecuencia. Por tanto, sentirnos atraídos en determinados momentos por otras personas es inevitable. Lo que sí es evitable es dar pasos contrarios al compromiso adquirido con nuestra pareja. Podemos sentirnos atraídxs por otras personas y al mismo tiempo tener claro que lo que nos aporta nuestra pareja como compañerx de vida es algo que no estamos dispuestxs a perder como consecuencia de un acto impulsivo.
Si consideras que tu relación de pareja no te satisface y no sabes cómo gestionarlo, no dudes en consultarnos.