Acoso escolar

Es muy difícil detectar el acoso escolar, ya que los agresores intentan no ser vistos. Cuando los profesores ven las conductas de agresión, los agresores intentarán convencerlos que es la víctima quién ha propiciado dicha situación. También intentarán mostrar a los demás que en realidad la víctima es el agresor y ellos son las víctimas.

Al mismo tiempo, las víctimas se mantienen silenciosas por miedo o por vergüenza. El grupo donde sucede, normalmente también calla por miedo o porqué el agresor ha convencido a sus compañeros que su conducta está justificada.

Por otra parte, la prevención de estas conductas disruptivas de basa en educar en los valores socialmente establecidos y aceptados. Los valores se adquieren en primera instancia en el seno familiar y es responsabilidad compartida entre padres, escuela y sociedad. Una educación en valores permite establecer los cimientos que conduzcan a conductas socialmente adaptadas.

Profesorado y centros educativos para detectar el acoso escolar

La detección del acoso escolar por parte del profesorado se basará en una estricta observación de las conductas de los alumnos y de sus cambios. También se pueden detectar mediante tutorías individuales y grupales. Las entrevistas constantes con los padres del alumnado son también de utilidad.

Cuando se detecte algún tipo de conducta disruptiva se debe intervenir inmediatamente para extinguirla. Si no se hiciera, los alumnos aceptarán estas conductas como normales y servirán como base para conductas todavía más desadaptadas.

Por otro lado, se deben crear unas normas claras y simples para aplicarlas en todos los casos y sin concesiones. Los centros escolares deben crear protocolos de intervención para el acoso escolar que describan quién, cuándo y cómo se debe intervenir. Además, debe formarse al profesorado con técnicas de resolución de conflictos.

Cuando los padres de un alumno anuncien al profesorado las sospechas de un posible caso de acoso escolar deben escucharlos, calmarlos y aportar soluciones. También deberán garantizar la seguridad del alumno. Se deberá proceder a la investigación para detectar y corregir las conductas inadecuadas. También se evitará a la vez que el agresor y la víctima se queden solos.

Una vez detectado el problema, los profesores deberán trabajar con la reeducación de las actitudes desadaptadas y compensar las carencias que han provocado dicha situación. También de deberá implicar a los padres del acosador en el proceso de reeducación.

Padres

Primero de todo deben ser conscientes de que son los primeros en educar. Son los responsables de inculcar los primeros valores y no dejar esa tarea formadora para la escuela. Deben imponer límites a sus hijos, ya que éstos vivirán en una sociedad donde hay muchas normas. Se debe educar en la responsabilidad, la perseverancia, el esfuerzo y el respeto.

Deben saber qué preocupa a sus hijos, qué problemas y qué necesidades tienen. Por lo tanto se debe escuchar a los adolescentes y saber ponerse en su lugar. Es muy importante cómo percibe el joven la situación y cómo la vive. No podemos valorarla con nuestros ojos de adultos y con nuestros patrones. Lo que para nosotros puede resultar una nimiedad, para un niño puede ser un problema irresoluble.

En el caso que hubiera el más mínimo indicio de cambio conductual a causa de un posible acoso escolar, los padres deberían comunicar al centro docente lo que está sucediendo y colaborar en la búsqueda de soluciones con el profesorado.

Si un adolescente fuera víctima de acoso escolar, los padres deben reforzar su autoestima. Además, deberán trabajar para que su capacidad de relación social no se vea afectada. Es importante que los adolescentes puedan establecer relaciones con otros grupos en los cuales no exista ningún vínculo con el grupo donde se da el acoso. De esta manera, perciben que ellos no son el problema y se habitúan de nuevo a las relaciones sociales. Si la víctima lo precisa, los padres deberían buscar la ayuda profesional de psicólogos. La intervención irá encarada a restablecer las habilidades sociales y la autoestima.

En cambio, si el adolescente fuera el agresor, los padres deben implicarse en la reeducación de los valores internalizados por el joven, uniendo fuerzas con el profesorado y no desentenderse de la situación, puesto que de esta manera podrán mejorar su relación con su hijo, pudiendo mitigar los déficits que presentara su hijo.

El gobierno tiene canales específicos para ofrecer apoyo a las víctimas de acoso escolar, así que os recomendamos que visitéis su web.

Connexions Teràpies Integrades es un gabinete psicológico que está en Hospitalet de Llobregat.

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