¿Qué es la Fibromialgia?

Fibromialgia dolor

La Fibromialgia es un trastorno de salud reconocido como una enfermedad por la OMS desde 1992 (código M79.0 en la Clasificación Internacional de Enfermedades – ICD-10). Es una de las condiciones más comunes de dolor crónico generalizado en la población. Representa un importante desafío para los sistemas de salud en los países en desarrollo.

Recientemente, se han propuesto criterios diagnósticos que están siendo validados y que, además de tener en cuenta el dolor, consideran otras manifestaciones clínicas como el cansancio, la falta de sueño reparador, problemas cognitivos y otros síntomas orgánicos. Estos criterios son importantes para una mejor identificación y comprensión de la Fibromialgia, lo que permitirá un abordaje más efectivo en su tratamiento y atención médica.

¿En qué consiste la Fibromialgia?

En la actualidad, el diagnóstico de fibromialgia se basa en la presencia de dolor generalizado que ha persistido durante más de tres meses. Afecta ambas partes del cuerpo, tanto por encima como por debajo de la cintura, y en áreas específicas del esqueleto, como el cuello o el tórax. Se requiere que haya dolor a la palpación en al menos 11 de los 18 puntos dolorosos predefinidos. No hay pruebas objetivas, como análisis de sangre o imágenes, que confirmen el diagnóstico. Se realiza exclusivamente en base a los síntomas que presenta el paciente.

El dolor musculoesquelético es el síntoma principal de la fibromialgia. Los pacientes también pueden experimentar otros problemas, como trastornos del sueño, fatiga, dolores de cabeza, sensaciones de hormigueo, rigidez, depresión, ansiedad, dificultades de atención y problemas de memoria, entre otros. Esta diversidad de síntomas a menudo lleva a los pacientes a recorrer diferentes profesionales y servicios médicos antes de obtener un diagnóstico adecuado de fibromialgia.

La fibromialgia es un problema de dolor generalizado que no pone en peligro la vida, de curso crónico pero no progresivo, cuya causa exacta aún es desconocida. Se cree que las alteraciones en los mecanismos de procesamiento del dolor juegan un papel importante. El resultado es una mayor sensibilidad y excitabilidad ante estímulos potencialmente dolorosos.

Actualmente, la fibromialgia se considera un importante problema de salud pública debido a su alta prevalencia en comparación con otras enfermedades musculoesqueléticas. Es la causa más frecuente de consultas por dolor crónico en Atención Primaria. Los pacientes también presentan un estado emocional más afectado en comparación con otras enfermedades reumáticas. Tienen un mayor número de bajas laborales, visitas a servicios de salud y consumo de medicamentos.

¿Cómo afecta la fibromialgia en la salud?

  • Funcional: actividad física, rol laboral, rol doméstico, autocuidado.
  • Emocional: miedo/ansiedad, soledad/depresión, culpabilidad, rabia/enfado, indefensión.
  • Social: relaciones sociales, ocio, relación de pareja y familiar.
  • Cognitivo: problemas de atención, memoria, concentración.
  • Conductual: conductas de dolor, abuso de medicación y de visitas médicas.

¿Qué es el dolor?

El dolor es una experiencia desagradable que involucra tanto aspectos sensoriales como emocionales. Generalmente, está asociado con un daño real o potencial en los tejidos, o bien, es descrito en términos de dicho daño. La presencia del dolor se manifiesta a través de conductas que son observables, visibles o audibles.

Es crucial tener en cuenta algunas consideraciones en relación con esta definición, especialmente en el contexto de la colaboración entre diferentes disciplinas, incluyendo la Psicología:

  • Cada persona aprende el significado y la aplicación de la palabra “dolor” a través de sus experiencias previas.
  • Muchas personas informan de dolor aun en ausencia de daño tisular. En este caso, es difícil distinguir si la experiencia dolorosa está relacionada con daño tisular o no.
  • La actividad en los receptores nociceptivos, causada por un estímulo nocivo, no es equivalente al dolor. El dolor es un estado psicológico, aunque en muchos casos se puede identificar una causa física.
  • La inclusión de los términos “emocional” y “potencial” en la definición resalta que el dolor es tanto una experiencia fisiológica como psicológica, y que se puede experimentar dolor sin que exista una lesión física. Por lo tanto, la experiencia dolorosa debe ser considerada como real para el individuo que la experimenta, ya sea que haya una patología orgánica demostrable o no.
  • Es importante destacar que la definición se enfoca en las características del dolor y no en su causa. El énfasis está en la conducta del dolor, lo que permite abordar y comprender la experiencia dolorosa en todas sus manifestaciones.

¿Cómo se explica la Fibromialgia?

Los avances de las últimas décadas en la investigación sobre la Fibromialgia han permitido el desarrollo de modelos biopsicosociales. Resulta razonable asumir que tanto las alteraciones biológicas como las psicológicas están implicadas en el desarrollo y mantenimiento del síndrome. Okifuji y Turk (1999) proponen un modelo de estrés dinámico que incluye factores biopsicosociales premórbidos (de predisposición), precipitantes (o desencadenantes) y cronificadores (respuestas de riesgo frente al estrés). En el modelo se considera que la Fibromialgia es el resultado de un problema en el procesamiento de la información debido a un desequilibrio en el sistema de respuestas frente al estrés.

Un estresor provoca automáticamente respuestas fisiológicas y psicosociales y estas respuestas son moduladas por predisposiciones biológicas (como información genética) y de experiencia (historia previa de aprendizaje). Como consecuencia, un individuo puede reparar en la presencia de ciertos síntomas como un dolor moderado o fatiga. Se supone que respuestas adaptativas de afrontamiento (como relajación o esfuerzos rehabilitadores, entre otras) tienen un papel homeostático, de equilibrio, en cuanto que restituyen tanto las reacciones fisiológicas como las psicológicas a un nivel basal, regulando así el proceso. Sin embargo, en algunos individuos el sistema falla a la hora de ejecutar el proceso autorregulador. La inhibición de este proceso puede ser debida, según los autores, a factores de predisposición (excesiva
reactividad del sistema nervioso central, pensamientos disfuncionales como bajas expectativas de autoeficacia o catastrofismo, entre otros), ambientales (número e intensidad de estresores dados o disponibilidad de apoyo social, entre otros) o a la posible interacción de ambos tipos de factores. Las respuestas desadaptativas como los desequilibrios en el sistema nervioso central y las respuestas cognitivo-conductuales maladaptativas se manifiestan cuando el sistema falla en la autorregulación, dando lugar a las respuestas que sitúan a los individuos con riesgo de desarrollar la Fibromialgia..

Próximamente desarrollaremos otra entrada en el blog continuando con este tema.

Extraído de “Intervención psicológica en la fibromialgia” de Ana Lledó, Mª Ángeles Pastor y Sofía López-roíg.

 

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