Cómo los sesgos del pensamiento afectan a la autoestima

La autoestima es la valoración, positiva o negativa, que hace  una persona de sí misma. Esta valoración depende de varios factores, siendo uno de ellos nuestro estilo de pensamiento. Veámos cómo los sesgos del pensamiento afectan a la autoestima.

¿Qué es una autoestima sana? 

La autoestima sana es la capacidad del individuo de observar y valorar sus fortalezas y aceptar sus limitaciones. Es la capacidad de aceptación propia incondicional, sin depender de los logros conseguidos o valoraciones externas.

Cuando no existe esta aceptación incondicional hacia uno mismo, es cuando la autoestima es insana. Podemos encontrar dos extremos:

  • Autoestima baja: cuando la persona percibe de forma más intensa las propias limitaciones y no tiene capacidad de observar/valorar las fortalezas.
  • Autoestima alta/narcisismo: cuando la persona percibe de forma más intensa las propias fortalezas y no es capaz de aceptar las limitaciones.

¿Qué son los sesgos del pensamiento? 

Los sesgos del pensamiento son errores en la percepción y evaluación que hace una persona de la realidad. Se trata de interpretaciones automáticas, rígidas y distorsionadas con un impacto directo a nuestras emociones. Son difíciles de detectar por uno mismo, pero podemos aprender a identificarlas y modificarlas.

De forma habitual, se adquieren durante la infancia, a través de las experiencias y aprendizajes, o bien, transmitidas por los adultos (padres, familiares, profesores) y la sociedad y cultura. Aunque su adquisición no es exclusiva en la infancia, también se pueden desarrollar a lo largo de la vida.

Entre los sesgos de pensamiento más comunes encontramos:

  • Sobregeneralización:

Cuando una persona saca una conclusión, habitualmente extremista, a partir de uno o muy pocos hechos o evidencias. Va acompañado de pensamientos dicotómicos: siempre/nunca o todo/nada.

Ejemplo: cuando una persona no le sale bien una tarea determinada y como consecuencia su pensamiento es “nunca me salen las cosas bien”.

  • Autoevaluaciones globales: 

Cuando una persona se autoevalúa de forma positiva o negativa a partir de una o muy pocas características. Se realiza un juicio global e inflexible que afecta a nuestra autoestima.

Ejemplo: cuando una persona detecta que le cuesta organizarse y como consecuencia su pensamiento es “soy un desastre”.

  • Atribución del pensamiento: 

Cuando una persona cree saber qué piensan y sienten los demás, sin basarse en los hechos ni la lógica. Pueden estar relacionadas sobre el propio cuerpo, forma de actuar, vestir, etc.

Ejemplo: Cuando una persona va andando por la calle y piensa que todas las personas que se está cruzando están pensando que tiene un cuerpo horrible.

  • Errores de control/locus de control: 

Cuando una persona se equivoca en la atribución de la responsabilidad de un hecho. Podemos distinguir dos tipos: control interno o externo.

    • Interno: asumir la responsabilidad de un hecho que no depende de la propia persona. Las personas con baja autoestima, tienden a atribuirse la responsabilidad en exceso de los sucesos especialmente negativos. En cambio, las personas con autoestima muy alta/narcisismo lo atribuyen a sucesos positivos.
      • El examen me ha salido mal porque soy tonto/a
      • El examen me ha salido bien porque se me da todo bien.
    • Externo: atribuir la responsabilidad de un hecho a un elemento externo de la propia persona. En este caso pasaría lo contrario, las personas con autoestima baja atribuyen la responsabilidad a un elemento externo cuando les pasan cosas buenas. Por lo contrario, las personas con autoestima muy alta/narcisismo les cuesta asumir sus propios errores o dificultades y lo atribuyen a elementos externos.
      • El examen me ha salido bien porque era muy fácil.
      • El examen ma ha salido mal porque era muy difícil.
  • Razonamiento emocional:

Cuando una persona cree que alguna cosa es de una forma determinada simplemente porque lo siente así. Sin tener en cuenta que las emociones interfieren en el procesamiento de la información y realidad.

Ejemplo: cuando una persona está haciendo una tarea nueva y se siente poco útil y como consecuencia el pensamiento es “soy un inútil”.

  • Autoexigencias: 

Las autoexigencias no se consideran sesgos del pensamiento, pero sí forman parte de nuestra forma de razonar y están estrechamente relacionadas a nuestras creencias y como consecuencia a los sesgos de pensamiento.

Se trata de demandas internas relacionadas con nuestros valores. Se van formando a lo largo de nuestras experiencias y aprendizajes. Sin embargo, cuando adoptamos autoexigencias inflexibles, como por ejemplo los “debería” o “tengo que”, se vuelven desadaptativas, afectando negativamente a nuestra autoestima.

 

En resumen, la autoestima es esencial para nuestro bienestar y está influenciada por nuestro estilo de pensamiento. Los sesgos del pensamiento afectan a la autoestima al distorsionar nuestra percepción de la realidad, lo que puede llevar a una autoevaluación negativa o inflada. Identificar y corregir estos sesgos es clave para desarrollar una autoestima sana.

En caso de duda, no dudes en consultarnos.

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