Promover la autorregulación emocional es uno de los grandes retos de la crianza, y va a ser fundamental para abordar comportamientos desadaptativos. Un entorno que combine estructura y empatía, acompañado de una comunicación abierta, formarán los pilares básicos de este proceso. Durante la infancia y adolescencia es común encontrarse con actitudes desafiantes, manifestaciones de oposición (el conocido: “no”) y momentos de irritabilidad. Estas conductas son parte natural del proceso de desarrollo humano y tienen el propósito de marcar una autonomía frente a las figuras parentales. Suelen surgir alrededor de los 8 años y reaparecer en la adolescencia. Mayormente, estos comportamientos son resultado de un malestar interno del niño. Puede ser físico, como hambre, cansancio o fatiga debido a una sobrecarga de actividades, o psicológico como consecuencia de sentimientos de tristeza, miedos o preocupaciones. Por eso, va a ser muy importante poder comprender su origen y abordarlo de forma constructiva y positiva. Teniendo como objetivo la promoción de la autorregulación emocional. ¿Cómo podemos responder ante estos comportamientos? Revisar la propia conducta. Es crucial observar cómo nos comportamos los adultos, prestando atención a nuestra comunicación verbal y no verbal. Se debe evitar: Cualquier forma de agresión: gritar, dar golpes (a los propios […]
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