La autoestima es la percepción evaluativa de uno mismo. Nadie puede dejar de pensar en sí mismo y de evaluarse. Todos desarrollamos una autoestima suficiente o deficiente, positiva o negativa, alta o baja…, aunque no nos demos cuenta.
Lo más importante es desarrollarla de la manera más realista y positiva posible y que nos permita descubrir nuestros recursos personales, para apreciarlos y utilizarlos debidamente, así como nuestras deficiencias, para aceptarlas y superarlas en la medida de nuestras posibilidades.
¿Cúales son las bases de la autoestima?
a) El autoconcepto (imagen que una persona tiene acerca de sí misma y de su mundo personal) en dos áreas: como una persona hábil (capaz de valerse por sí misma) y como una persona sexual (capaz de relacionarse sexualmente con otras personas).
b) La autoaceptación (sentimiento de poseer un yo del que uno no tiene que avergonzarse ni ocultarse; implica una disposición a rechazar la negación o desestimación sistemática de cualquier aspecto del sí-mismo).
¿Cómo influye la autoestima en la vida cotidiana?
- En todos los pensamientos, sentimientos y actos que llevamos a cabo.
- En el aprendizaje.
- Sobre el comportamiento.
- En las relaciones y recibe también la influencia de éstas.
- En la creación y la experimentación.
Síntomas de baja autoestima
La persona con baja autoestima:
- Aprende con dificultad, ya que piensa que no puede o que es demasiado difícil.
- Se siente inadecuado ante situaciones vivenciales y de aprendizaje que considera que están fuera de su control.
- Adquiere hábitos de crítica a los demás, de envidia y descontento desde un espacio de victimismo.
- Cuando surgen problemas echa la culpa a las circunstancias y a los demás y encuentra siempre excusas para sí mismo.
- Se acobarda ante la posibilidad de crítica de los demás.
- Autocrítica rigorista, tendente a crear un estado habitual de insatisfacción consigo mismo.
- Hipersensibilidad a la crítica, que le hace sentirse fácilmente atacado y experimentar sentimientos pertinaces contra sus críticos.
- Indecisión crónica, no tanto por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
- Deseo excesivo de complacer; no se atreve a decir “no” por temor a desagradar y perder la benevolencia del otro.
- Perfeccionismo, o autoexigencia de hacer “perfectamente”, sin un fallo, casi todo cuanto intenta, lo cual puede llevarle a sentirse muy mal cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
- Culpabilidad neurótica: se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y / o los lamenta indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo.
- Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, que le hace estallar fácilmente por cosas de poca monta.
- Actitud supercrítica: casi todo le sienta mal, le disgusta, le decepciona, le deja insatisfecho.
- Tendencias depresivas: tiende a verlo todo negro, su vida, su futuro y, sobre todo, a sí mismo; y es proclive a sentir una inapetencia generalizada del gozo de vivir y aun de la vida misma.
¿Qué podemos hacer?
Una de las técnicas de autoestima que resulta muy útil para reflexionar sobre los logros y cualidades positivas de cada uno es el “árbol de los logros”. Se trata de una técnica que permite analizar la imagen que tenemos de nosotros mismos y centrarnos en la parte positiva. Asimismo, ilustra muy bien el estado de ánimo de la persona que lo está completando.
La actividad consiste en hacer una reflexión sobre capacidades, cualidades positivas y logros que hemos desarrollado desde la infancia a lo largo de nuestra vida. Hay que pensar todo con calma, sin prisa, e intentando no olvidar ninguna. Da igual el tiempo que nos lleve realizar el ejercicio.
Lo primero que se hace es realizar una lista de todas las virtudes que se poseen, ya sean éstas cualidades personales (bondad, paciencia), sociales (empatía), intelectuales (buena memoria), o físicas (atractivo).
Una vez realizada esta lista, se elaborará otra en la que añadiremos los logros que hemos conseguido. Da igual si son muy significativos o más insignificantes, lo importante es que tienen que ser logros de los que estemos orgullosos.
Cuando ya tenemos las 2 listas elaboradas, pasamos al dibujo. Se hará un árbol en un folio, ocupará toda la hoja, y se distribuirá de la siguiente manera:
- Raíces: se deben ir colocando todos los valores positivos que hemos escrito anteriormente. Si consideramos que es un valor que nos describe muy bien, haremos una raíz gruesa. Si por el contrario, nos caracteriza pero tampoco es demasiado representativo, dibujaremos una raíz más fina.
- Frutos: aquí colocaremos los logros de la segunda lista. Haremos frutos más grandes cuando el logro sea mayor, y más pequeños cuando sea menos relevante.
Una vez se ha acabado, se habla sobre el dibujo y reflexionamos sobre él. Es recomendable enseñárselo a algún familiar o alguien de confianza para que nos ayude a añadir más raíces y frutos que quizás nosotros hemos olvidado o de los que no somos conscientes. ¿Quieres trabajarlo con nosotras? ¡Contacta! Connexions Teràpies Integrades es un gabinete de psicología ubicado en Hospitalet de Llobregat.