Muchas personas acaban desarrollando tareas de cuidadoras. Padres que envejecen, conyugues que enferman… Estas situaciones implican una carga emocional muy impactante que, si no se gestionan correctamente, pueden conllevar el síndrome del cuidador. Vamos a ver qué habilidades podemos aprender para evitarlo. Gestión emocional No podemos cambiar los acontecimientos que nos ocurren. Esto implica que no podemos esperar a que las cosas cambien a mejor para conseguir estar bien. Hemos de aprender a estar de la mejor manera posible, independientemente de lo que esté pasando en cada momento. Estamos acostumbrados a culpar a los demás o a las situaciones de lo que sentimos. Pero somos nosotros los responsables de nuestros pensamientos y emociones. Para poder vivir de forma saludable con nuestras emociones podemos hacerlo siguiente: Identificarlas: entrar en contacto con ellas y asumirlas. No debemos calificarlas ni de buenas ni malas. Comprenderlas: ¿tenemos datos objetivos para sentirnos así? Analizar su origen y los síntomas físicos. ¿Qué pensamientos nacen a partir de esta emoción? Concretar: ¿cómo nos afecta en nuestro estado de ánimo? ¿Nos limita nuestro comportamiento? ¿Nos está ayudando lo que estamos pensando? Regular los estados de ánimo: impidiendo sus efectos negativos y aprovechando los positivos. Escoger la respuesta adecuada […]
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