Cuando estamos en peligro, o cuando pensamos que estamos en peligro, nuestro organismo se prepara. Pone en marcha los mecanismos biológicos y psicológicos para preparar una respuesta, bien sea de lucha o huida, con la finalidad de protegernos. Esto es lo que entendemos como estrés, y aunque comúnmente ha sido asociado a la edad adulta, también puede afectar a los niños, especialmente cuando enfrentan grandes cambios en sus vidas. Abordar la capacidad de gestionar el estrés resultará esencial para aliviar el malestar en la infancia. Estrés en la infancia La expresión del estrés en los niños resulta distinta de la de los adultos. Algunos indicadores son: Alteraciones en el comportamiento: irritabilidad, confrontación o negación. Dificultades para gestionar las emociones, especialmente la ira. Desarrollo de nuevos miedos. Manifestaciones psicosomáticas: dolores de cabeza o de barriga. Es esencial mostrar atención para poder detectar señales de estrés en los niños/as para poder proporcionarles herramientas efectivas, ya que, va a ser durante la infancia, cuando se van a adquirir los patrones cognitivo-conductuales que moldearán la capacidad de enfrentar el estrés a lo largo de la vida. Gestionar el estrés ¿Cómo podemos ayudar a los más pequeños a gestionar estos cambios? Uno de los aspectos […]
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