Las emociones y comportamientos tienen un impacto significativo en el bienestar de las personas. Las emociones positivas, como la felicidad, el placer y el amor, contribuyen a mantener o01 restaurar el equilibrio en nuestro cuerpo, preservando nuestra salud. Por otro lado, las emociones negativas, como la tristeza, el miedo y la ira, parecen afectarnos de diversas maneras desfavorables; pueden desencadenar o empeorar enfermedades, así como ser responsables de crisis emocionales. En esta ocasión, abordaremos dos de negativas: las emociones de vergüenza y culpa. La función principal de las emociones es organizar rápidamente una serie de acciones en respuesta a una situación, con el propósito de anticipar las consecuencias. Así, las emociones influyen en otros procesos psicológicos como la percepción, la atención, la memoria, los cambios fisiológicos, la planificación de acciones y la comunicación verbal y no verbal, entre otros. Las emociones de vergüenza y culpa La vergüenza La vergüenza se refiere a la sensación de no poder ser uno mismo, como si hubiera algo inherentemente malo en la persona. Aquellos dominados por la vergüenza suelen preocuparse por sus debilidades, considerándose inútiles e incapaces de alcanzar sus metas. Se comparan desfavorablemente con otros, sintiéndose menos inteligentes, atractivos, bondadosos o interesantes. Además, […]
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