Durante el proceso de identificar las consecuencias de la violencia de género, es fácil identificar las consecuencias físicas (desde lesiones hasta trastornos funcionales), pero las consecuencias psicológicas con más difíciles de detectar a pesar de su gravedad. Muchas mujeres acaban desarrollando Trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión, trastornos de ansiedad, insomnio, disfunciones sexuales y baja autoestima. Una mujer víctima de violencia de género cuenta con una larga historia de sufrimiento. Normalmente, las mujeres tardan una media de siete años en pedir ayuda, después de haber agotado los resursos personales disponibles. Hay una afectación en los ámbitos vitales más importantes: su relación de pareja, su familia y su hogar. Para todos nosotros, el hogar es el lugar donde nos sentimos seguros, pero para las víctimas se convierte en un lugar peligroso. Las primeras reacciones de la víctima de violencia de género son sobre todo sentir humillación, vergüenza y preocupación. También es habitual sentir una pérdida de control, confusión, culpabilidad y miedo. Síndrome de agresión a la mujer (SAM) Se plantea que una situación de maltrato va a implicar siempre lesiones psicológicas pues se trata de una situación que sucede de forma crónica. Según Lorente (1998) son “agresiones sufridas por la mujer […]
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