Hablamos de autosabotaje cuando repetimos conductas y potenciamos creencias que nos generan malestar emocional. Nos negamos de forma, más o menos consciente, a cambiar hábitos y pensamientos porque hacerlo implica un esfuerzo sostenido. Por tanto, nos resignamos a convivir con la frustración y la insatisfacción puesto que preferimos creer que no tenemos control sobre nuestro destino. Ciertamente, en ocasiones tenemos que enfrentarnos a circunstancias que jamás hubiésemos deseado. Sin embargo, hasta en la más dura de las realidades tenemos un mínimo de capacidad de elección. Lo que nada ni nadie es capaz de arrebatarnos es la manera en cómo dejaremos que nos afecte lo que estamos viviendo, lo que haremos con dicha experiencia para que nos resulte útil, las pequeñas decisiones que podemos tomar en cada momento. La mejor manera de proporcionarnos bienestar emocional es centrar la atención en aquello que podemos controlar. Para ello es vital aprender a potenciar nuestro bienestar emocional y detectar las formas de autosabotaje. Formas de autosabotaje 1. Procrastinar Es necesario un mínimo de organización y planificación para facilitar la consecución de nuestros objetivos. Procrastinar se vuelve un hábito cuando tendemos a evitar enfrentarnos a aquello que nos supone un esfuerzo o incomodidad. La consecuencia […]
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