La depresión se puede manifestar de diferente manera e intensidad. Es por ello que se suele hablar de tres grandes tipos de depresión. No obstante, en todos los casos la depresión es un trastorno del estado de ánimo que implica decaimiento, apatía y tristeza significativos que acaban repercutiendo en las diferentes áreas de la vida del individuo llegando a ser incapacitante para el mismo, dado que comporta un deterioro del funcionamiento habitual a nivel social, laboral y personal. A la hora de diagnosticar una depresión es importante descartar episodios de tristeza pasajera o trastornos de adaptación derivados de cambios o pérdidas importantes que requieren de cierto tiempo para ser procesados y asimilados por la persona. Una depresión puede generarse a partir de factores tanto genéticos, como fisiológicos o ambientales. De esta manera, en cuanto a la predisposición genética, las investigaciones afirman que la presencia de antecedentes de depresión en familiares directos (padres y hermanos) incrementa en un 25-30% la probabilidad de sufrir depresión. Por otro lado, en lo que respecta a los factores fisiológicos la aparición y mantenimiento de la depresión se asocia a un déficit de Serotonina a nivel neuronal. Finalmente, a nivel ambiental, el estrés, la ansiedad, la falta de recursos personales que faciliten […]
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