Adquirir el rol de cuidador es un proceso complicado, no estamos preparados. La mayoría de nosotros tenemos la idea imaginaria que las cosas negativas les suceden a los demás. Nos cuesta reconocer que los sucesos negativos nos pasan a todos y sin avisar. Cuando la noticia del diagnóstico o del accidente llega, marca un punto y aparte en nuestras vidas. Es inevitable sentir muchas emociones distintas como el miedo, la ira o la frustración y es muy fácil dejarse llevar por ellas y pensar de forma catastrófica. Todos hemos experimentado dolor ante situaciones difíciles, pero es importante no añadir sufrimiento a lo que estamos viviendo. El dolor es parte del ser humano, pero el sufrimiento lo añadimos nosotros mismos según nuestra manera de afrontar los acontecimientos. En estos momentos, y en realidad durante toda la evolución de la enfermedad y el cuidado, ya no sirve mirar al pasado y pensar en lo que ha perdido el enfermo y nosotros mismos. Son momentos de tomar muchas decisiones y de dotarse de habilidades. Deberemos poder afrontar diferentes situaciones que pueden provocar estrés y desgaste emocional. En definitiva para evitar las consecuencias negativas de ser persona cuidadora. Consecuencias negativas de ser persona cuidadora […]
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