El dolor crónico es una de las razones más comunes por las que las personas acuden al médico. Tradicionalmente se ha visto como una simple respuesta física al daño en los tejidos, proporcional a la lesión. Sin embargo, este enfoque es limitado. Hoy sabemos que el dolor es un fenómeno complejo que debe entenderse desde una perspectiva biopsicosocial: incluye factores biológicos, emocionales y sociales. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) lo define como una experiencia desagradable tanto sensorial como emocional, relacionada con un daño real o potencial, y que siempre es subjetiva. El dolor tiene varias dimensiones: Sensorial: lo que se siente físicamente. Emocional: cómo nos afecta a nivel afectivo. Cognitiva: cómo lo interpretamos mentalmente. También se clasifica según: Duración: agudo (menos de 6 meses) o crónico (más de 6 meses). Causa, ubicación o mecanismos fisiológicos. El dolor agudo suele ser una señal de alarma tras una lesión y responde bien al tratamiento. Desaparece cuando el daño físico se cura. El dolor crónico, en cambio, puede persistir incluso cuando ya no hay lesión. No tiene una función protectora, puede causar deterioro físico y emocional, y no responde bien a los medicamentos habituales. Se considera una enfermedad por […]
Leer más