La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la conducta suicida es uno de los problemas de salud pública más importantes, no solo por las muertes que provoca, sino también por el impacto emocional y físico que deja tanto en quienes lo intentan como en sus seres queridos. En los últimos años, dentro del ámbito escolar, han aumentado considerablemente los casos de pensamientos suicidas y autolesiones, pasando del 5,8% en 2017 al 8,9% en 2021. A pesar de este incremento, se está trabajando desde los centros educativos para prevenir y atender esta problemática. Sin embargo, resulta alarmante que muchos adolescentes, en lugar de centrarse en intereses propios de su edad, estén lidiando con pensamientos de muerte. Incluso se ha observado que esta problemática ha comenzado a presentarse en edades más tempranas, como en niños de primaria. Muchos coinciden en que la pandemia ha tenido un gran impacto en la salud mental, sobre todo en los jóvenes, quienes necesitan el contacto social como parte esencial de su desarrollo. Pero no se puede culpar únicamente a la pandemia. Hay factores sociales relacionados con el desarrollo actual, como el uso excesivo de redes sociales, la falta de supervisión por parte de los […]
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