Nos encontramos frecuentemente en nuestros clientes fuertes sentimientos de culpabilidad. Mucha de esta culpa se origina dentro del núcleo familiar, ya que el estilo de crianza influencia en como hacemos frente a nuestros errores. Todos cometemos errores y muchas veces volveremos a errar una segunda vez. Regañar continuamente no provocará que el niño corrija su error, sino que se sentirá todavía más culpable. Debemos explicar a los niños por qué se han equivocado, no sólo quedarnos en el castigo. Hay muchas personas que han sido criadas bajo este sistema de castigo continuado, generando un sistema de creencias emocionales castigadoras. Otro foco de los sentimientos de culpabilidad lo encontramos como consecuencia de manipulaciones en forma de reproches: “no te voy a querer si haces eso de nuevo” o “Deberías sentirte avergonzado de esa actitud”. El proceso de culpa Todos tenemos un conjunto de normales y valores que hemos ido construyendo desde la infancia que nos ha ayudado a diferenciar entre el bien y el mal. Esta conciencia moral nos permite establecer los límites de nuestras acciones y pensamientos y tiene mucho que decir durante el proceso de culpa. Cuanto más rígidas sean esas normas, más fácil será considerar que hemos sobrepasado […]
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