La injusticia es la apreciación, el reconocimiento y el respeto de los derechos y méritos de cada uno. La persona que sufre injusticia es la que no se siente apreciada o respetada en su justo valor o que cree no recibir lo que merece. También se puede sufrir de injusticia cuando se recibe más de lo que se cree merecer. En consecuencia, la herida de injusticia puede ser causada al pensar que tenemos más cosas materiales que otros, o por el contrario, que no hemos recibido lo suficiente. Esta herida despierta en el momento en que se desarrolla la individualidad del niño/a, es decir, entre los tres y los cinco años de edad, cuando el niño/a toma conciencia que es un ser individual y una entidad completamente aparte, con sus diferencias. Al niño/a le parece injusto no poder integrar bien su individualidad y no poder expresarse y ser él mismo; vive esta herida, sobre todo, con su progenitor del mismo sexo. Sufre frialdad de este progenitor, en otras palabras, padece la incapacidad de éste de sentir y expresarse. No se pretende decir que todos los padres/madres que sufren injusticia son fríos, sino que así los percibe el niño/a, quien también […]
Leer más